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El Real Betis Balompié se llevó esta noche los tres puntos en un vibrante encuentro frente al Athletic Club. El equipo mostró una muy buena imagen, derrochando intensidad a lo largo de los 90 minutos. El partido se decidió con un gol de Rubén Castro en la primera mitad, a pase de Sanabria.

Recibía el Real Betis a un Athletic Club que estaba presentando muy buenas sensaciones tanto en el campeonato liguero como en competiciones europeas. Para el encuentro de hoy, Víctor Sánchez del Amo alineaba un once muy similar al de la jornada anterior, con la novedad de Joaquín en sustitución de Petros. Comenzó el encuentro con los dos conjuntos tanteándose sobre el césped, sin que ninguno pudiese imponerse en los minutos iniciales. Al cuarto de hora de juego se produjo una jugada bastante polémica cuando Laporte, que ya había sido amonestado, hacía clara falta a Rubén Castro, siendo el último defensa. No obstante, el colegiado no le mostraba la que debería haber sido su segunda tarjeta amarilla.

Sin embargo, el Betis supo reponerse a dicha injusticia y se adelantó en el marcador. Contra trenzada entre Rubén Castro y Sanabria; el paraguayo asistía y el ‘24’ batía a Kepa por bajo. El equipo estaba derrochando intensidad en el arranque del encuentro y obtenía su recompensa. Trató de responder el conjunto vizcaíno y llegó por primera vez a puerta en el minuto 20. Williams probaba fortuna pero un atento Adán enviaba a córner. Apretó el Athletic Club tras el gol, buscando muchos balones colgados que favoreciesen su poderoso juego aéreo. Sin embargo, el equipo verdiblanco defendía juntos, sin dejar espacios, y presionando bien la salida de balón del rival.

Hacia la media hora de juego, el equipo visitante tenía más el balón que el Betis, aunque lo hacía bastante lejos del área de Adán. Los jugadores béticos presionaban muy bien, con un Dani Ceballos que se multiplicaba en el centro del campo, y buscaban salir a la contra con rapidez. Mejoró aún más el equipo de las Trece Barras, y le volvía a disputar la posesión al rival, moviendo el balón con criterio, lo que obligaba al Athletic a cortar las jugadas con faltas. Seguía el Betis apretando de lo lindo en los tramos finales de la primera mitad, espoleado por una grada que conectaba de maravilla con su equipo. Pudo Rubén ampliar la cuenta goleadora antes del descanso tras una gran jugada de Ceballos, pero su disparo era desviado a córner. Tuvo su ocasión también el equipo bilbaíno en una jugada dentro del área con múltiples rechaces, pero nadie consiguió disparar.

Tras el paso por los vestuarios, el Athletic Club realizó dos cambios, mientras que los mismos hombres que comenzaron el encuentro. Salió con impulso el equipo visitante, que tuvo una primera ocasión nada más comenzar a la salida de un córner, pero el remate se marchaba desviado. Replicó Rubén castro, que intentó una volea a centro de Durmisi que se marchaba desviada. Tras estos primeros lances, el encuentro volvió a los términos de la primera mitad, aunque el conjunto vasco adelantaba sus líneas para intentar presionar más. El Real Betis, por su parte, aguantaba muy bien las líneas y tampoco permitía al rival hacer fluir su juego.

Consiguió el equipo visitante romper un poco la estabilidad defensiva bética hacia el 60 de juego, que por primera vez en el partido pasaba ciertos apuros. No era capaz de trenzar jugadas el equipo en estos compases, debido a un altísima presión contraria. Movió el banquillo entonces Víctor Sánchez, dando entrada a Cejudo por Piccini y a Bruno por Pezzella, quien se retiraba con visibles muestras de dolor.

Trataba el Athletic Club de llegar arriba, pero no conseguía imprimir profundidad a su juego debido al buen hacer verdiblanco en defensa. A la vez, usando el contragolpe como mejor arma, el equipo de Heliópolis continuaba derrochando físico y esfuerzo sobre el campo, y la grada se lo reconocía tras cada lance. En una de estas ocasiones, el Betis pudo aumentar la ventaja. Buen centro de Cejudo, Sanabria dejaba atrás de cabeza y cuando Joaquín se disponía a marcar, un defensor rojiblanco despejaba.

Poco después, era Donk el que casi marcaba, pero su cabezazo a centro de Joaquín se marchaba por pocos centímetros. Se agotaba el tiempo y la grada seguía apoyando con fiereza al equipo, que apretaba los dientes para poder dejar los tres puntos en casa. Llegó el pitido final y el júbilo llegó a las gradas del Benito Villamarín, tras una de las mejores actuaciones del equipo en la temporada.