El Betis volvió a repetir los mismos pecados de las últimas jornadas saliendo sin intensidad al inicio del partido y sufrió una nueva derrota en casa por 1-3 frente al Athletic, perdiendo tres puestos en la tabla pasando a ser decimoterceros con los mismos 12 puntos en el casillero.

El equipo salió al campo igual de frio que la noche, por el contrario el Athletic se adaptó mejor a la climatología y comenzó a atacar desde el primer balón en juego.

A base de intensidad y juego directo los bilbaínos comenzaban a poner en apuros a los verdiblancos, que a los 8 minutos de partido encajaban el primer gol, tras un saque de esquina de Beñat cuyo rechace recogía Williams en la frontal y con un disparo duro a media altura ajustado al poste derecho de la portería de Adán adelantaba  a los visitantes.

Tras el gol el Betis se hizo con la posesión, propiciado más por cesión de los de Valverde que por méritos propios. Como si de fútbol americano se tratase, el equipo intentaba avanzar yarda a yarda subiendo el balón sin ideas y sin la más mínima sensación de peligro salvo jugadas aisladas de Joaquín que intentaba hacer la guerra por su cuenta.

Pronto empezó a dar señales de que a la contra podría caer el segundo antes que el empate, en el minuto 24 un providencial N´Diaye arrebataba de las botas el balón a Williams, una pesadilla durante todo el partido, evitando su remate en el mano a mano con Adán.

Mel desde el banquillo daba muestras de su descontento con el juego del equipo, blando en defensa y espeso en la elaboración. En las jugadas a balón parado se mascaba el gol en cada lanzamiento de Beñat, y por milímetros no puso el segundo Aduriz de cabeza tras saque de falta del ex del Betis, que marcó pero en posición de fuera de juego.

Y justo cuando parecía que lo mejor de la primera parte para el Betis era marcharse a vestuarios con una derrota por la minina, Iñaki Williams ponía el 0-2 con un espectacular remate de tacón a pase de Raúl García en el minuto 45. Los pocos valientes que acudieron hoy al estadio despedían al equipo con una sonora pitada.

Mel movió piezas en el descanso, dando entrada a DIgard por Portillo, buscando mayor solidez en la media y adelantando la posición de Dani Ceballos, desbordado en la primera parte, buscando los pases del media punta a los delanteros del equipo ausentes durante todo la primera parte.

Bastaron tres minutos del primer tiempo para ver otra actitud en los de Mel, que movían con algo más de criterio y buscaban a Joaquín por banda. También bastaron esos minutos para ver que el paso necesario adelante del equipo también podría conllevar el 0-3. Ernesto Valverde también realizo un cambio obligado por la lesión de De Marcos, dando entrada a Bóveda.

Pronto dispusieron de las primeras ocasiones los visitantes para sentenciar el partido, primero Adán en una meritoria parada y posteriormente el larguero evitaron el gol de Raúl García, cuando apenas se llevaban diez minutos de la segunda parte.

Ante esto, Mel realizó un nuevo cambio sentando a un desafortunado Molinero en la noche de hoy por Varela. Con el paso de los minutos el empuje inicial se diluyó y la apatía volvió a aparecer. N´Diaye volvía a ser salvador, de nuevo ante una ocasión de Williams siendo más rápido del delantero león.

Cuando peor volvía a pasarlo el equipo, en una jugada individual Joaquín puso un centro al área cortado con la mano del omnipresente Williams, dando al equipo la inmerecida oportunidad de meterse en el partido. Rubén Castro no desperdició la ocasión y recorto distancias poniendo el 1-2 desde los 11 metros, quedando aun 25 minutos por delante.

Espoleados por el gol el equipo recuperó la actitud, intermitente durante todo el partido, y más por el nerviosismo en el rival que por sus propios méritos se acercaba al empate, para lo cual entraba Jorge Molina en lugar de Dani Ceballos, por los rojiblancos se marchaba el goleador Iñaki Williams por Lekue. Pero no fue más que un espejismo, a cinco minutos del final Raúl García esta vez sí, anotaba el tercer gol de los vascos poniendo la ventaja justa para lo visto hoy en el Benito Villamarin.

Con el tercer gol, Ernesto Valverde también agotaba los cambios retirando a Beñat por Elustondo, y los 15.000 valientes que acompañaron hoy al equipo comenzaron a desfilar por las gradas.

Toca seguir corrigiendo errores y sobre todo trabajar en la actitud e intensidad del equipo en el arranque de los partidos que si quiere recobrar el rumbo y reencontrarse con la victoria debe jugar partidos de 90 minutos.