El Real Betis no pudo continuar con su senda victoriosa en una calurosa tarde en el Villamarín. Durante la primera mitad no estuvieron en la línea que acostumbran los de Mel y en la segunda, un golazo de Tino impedía la remontada verdiblanca tras los dos goles de Rubén Castro. Un punto que deja un sabor agridulce, después del ímpetu con el que se buscó el triunfo en el segundo acto, pero que sirve para introducir en la bolsa de puntos uno más para conseguir el objetivo.
La discusión sobre la posesión del esférico no iba a ser una de las cuestiones a debatirse sobre un verde en el que se respiraba un alto grado de humedad. La UE Llagostera tenía claro su papel y no lo iba a variar. Además, su postura se veía respaldada con un inicio de encuentro en el que disparaba hasta en dos ocasiones con cierto peligro sobre la meta de Adán. Poco a poco los catalanes iban imponiendo más su estilo en el partido y vivían de las imprecisiones que tenían los verdiblancos. Prácticamente, todas las características del juego visitante que describió Pepe Mel en la previa intentaban ponerla en liza los jugadores de la Llagostera y con un porcentaje de éxito bastante elevado.
En el minuto 25, Rubén pudo romper la balanza a favor del lado bético pero no supo resolver un pase de gol espectacular de Portillo. Fue la ocasión más clara de una primera mitad en la que el juego era poco fluido y con poca movilidad. La acción sirvió para que el Betis se animara y nuevamente fuera Rubén protagonista intentando picar la pelota desde la frontal con poco éxito.
El buen hacer de los de Mel fue diluyendo el juego de ataque del equipo blaugrana que se dedicaba a defender bien metidos en su campo. Le cogió el gusto Rubén a las vaselinas desde fuera del área y una vez más probó fortuna sin tener premio. La jugada nacía de un robo de Molinero en tres cuartos de cancha rival, lo que parecía una de las claves del partido teniendo en cuenta donde plantaban la línea defensiva los de Lluis Carrillo.
Pero cuando más parecía que el choque se inclinaba hacia los intereses verdiblancos llegó el gol de Juanjo. En una falta lateral, y en posición de fuera de juego, el delantero conseguía imponerse en el remate a la defensa bética y poner el primero en el 37´. El Betis intentó reponerse de este contratiempo y en los minutos finales del primer acto apretó para empatar. Ni Rubén ni Kadir pudieron recortar distancias en el marcador y con el resultado de cero a uno se iban los equipos al descanso.
No iba a esperar mucho el Betis para empatar el partido. No se cumplía el primer minuto del segundo acto cuando apareció el Pichichi de la categoría, Rubén Castro. El canario empezó una buena jugada de ataque que salía de un potente saque de banda de Casado y la finalizaba a gol con un centro de Molinero.
El tanto fue la antesala de un vendaval. El Betis se fue arriba con todo. Primero Dani Ceballos le pegó con el alma para que René rechazara. La jugada tuvo continuidad en un impetuoso robo de Bruno y continuación del central que se metía en el área y se la ponía a Molina que, de tacón, remataba para que nuevamente el meta ex verdiblanco la sacara. Por último, Portillo tampoco consiguió conectar con la red.
Esa jugada fue el culmen de unos buenos minutos. La intensidad aminoró y Mel buscó soluciones en Vadillo. El canterano salió por Kadir y nada más entrar asistió a Molina que se marcó una jugada personal en la que solo encontró opositor en René. También tiró de recursos el de Alcoy en un centro pasado de Portillo al que remató de espuela y a punto estuvo de sorprender al meta. Rubén seguía buscando su segundo gol y el de la remonta pero eso tenía que esperar porque los visitantes volvieron a tener sus opciones. En ese momento apareció una vez más la figura de Adán. El meta intervino en dos paradas y dio opciones a los suyos para la remontada.
En el 24’, en un pase largo hacia Rubén, Alcalá erraba y le caiga la pelota al canario que resolvía la jugada y le daba la vuelta al marcador. Al Betis todo le sonreía y jugaba con calma pero un disparo lejano de Tito se convertía en imparable para Adán y volvían las tablas al marcador. El gol fue un jarro de agua fría para los del Villamarín. Entonces apareció más el corazón que la cabeza en el juego heliopolitano y el Betis buscó un gol victorioso a través de vías por las que no está acostumbrado a transitar. Con todo y con eso, tuvo sus oportunidades. Rubén lanzón fuera un tiro tras un buen pase de Casado y el larguero impidió, en el último minuto, que la falta lanzaba por Xavi Torres, y que dio en un defensa rival, se introdujera en la portería de René.
Finalmente, el conjunto de las trece barras no logró volver a adelantarse en el marcador y obtuvo un empate que le sirve para seguir sumando.
