villarreal betis

Lastrado por las bajas y el escaso descanso, el Betis ha sacado un punto muy meritorio de un Madrigal, donde los verdiblancos volvieron a aprenderse el nombre del colegiado Iglesias Villanueva, que favoreció la ventaja local, sancionando un penalti inexistente.

El Betis regresó a los cinco defensas y repitió la fórmula de la presión alta empleada ante el Rubin Kazan, pero en esta ocasión no de manera tan descarada, por lo que la posesión era fundamentalmente del Villarreal, un equipo al que le cuesta sobremanera mantener el ritmo del partido.

Bien posicionados, los pupilos de Calderón aguantaban mientras buscaban tímidas en contra que inquietaban ligeramente pero eran incapaces de concretar. La velocidad sin pausa de Cedrick no era suficiente para generar ocasiones claras, fundamentalmente porque no le suele servir para conectar con los delanteros. No obstante, el congoleño ya ha demostrado que al menos en este Betis tiene mucho que decir. Entre sus compañeros, Rubén Castro, demasiado solo, lo intentaba mientras Baptistao volvía a desaparecer.

Entre el cansancio, la posición sobre el campo y la desgana, el brasileño apenas apareció para ayudar a su equipo, lo que propició su sustitución por Chica. Con esta modificación, Calderón renunciaba prácticamente al ataque apostando por cerrar más el entramado defensivo, pues con la salida del exatlético Óliver Torres los huecos empezaron a aparecer por la defensa verdiblanca.

Sin embargo, no era necesario que tales huecos existieran. Entre errores propios e Iglesias Villanueva el Villarreal tenía abierto el camino. Un mal control del recién salido Chica dentro del área le obligó a meter la pierna para evitar que Uche encarase a Adán sin oposición. El lateral diestro tocó balón, pero el colegiado vio todo lo contrario, pitó penalti y el propio nigeriano introdujo el balón en las redes poniendo por delante al rival, de nuevo injustamente y perjudicado por el deficiente estamento arbitral.

Aun así, el equipo no se descompuso. En pleno proceso de madurez tardía, el Betis decidió buscar el empate. Sin nada que perder, se juega mucho más cómodo, y tras unos minutos dubitativos, quizás demasiados, los verdiblancos buscaron con todo la meta de Asenjo y el premio llegó gracias a un magnífico centro de Didac Vila, cada vez más a tono, que remató picado Rubén Castro entre dos defensas villarrealenses.

No obstante, la estirada definitiva del Betis se había visto beneficiada por la desastrosa compesación arbitral de Iglesias Villanueva, que expulsó a Uche por una rigurosísima doble amonestación. Con todos estos ingredientes, el Betis mereció la victoria porque atacó con todo en los minutos finales, incluido Braian Rodríguez y el canterano Juanma. El propio urugayo, Jordi Figueras y N´Diaye tuvieron en sus botas la victoria verdiblanco, pero entre Asenjo y la mala puntería se escaparon dos puntos de oro, que también pudieron quedarse en nada si Adán, cada día más seguro, no detiene un mano a mano ante Giovani.

Lo que ha quedado reflejado en el Madrigal es que el Betis se encuentra en el mejor momento de la temporada. Aunque probablemente no le sirva para demasiadas cosas y sea muy tarde para casi todo, la recuperación de la dignidad es una magnífica receta para iniciar un nuevo proyecto desde cero. Para creer de verdad, lo que se necesitan son victorias y en eso hay fuerzas mayores que el Betis no domina.

Ficha técnica

Villarreal: Asenjo, Mario, Pantic (Trigueros 67′), Gabriel, Jokic, Nahuel (Óliver 46′), Bruno, Pina, Moi Gómez, Giovani y Perbet (Uche 46′).

Real Betis: Adán, Juanfran (Valera 76′), Amaya, N’Diaye, Jordi, Dídac, Nono (Braian 83′), Salva Sevilla, Baptistao (Chica 57′), Cedrick y Rubén Castro.

Árbitro: Iglesias Villanueva, gallego. Expulsó por doble amonestación (80’) al local Uche. Amonestó a los visitantes Dídac, Salva Sevilla, Amaya y Chica.

Goles: 1-0 (70′) Bruno (p.); 1-1 (85′) Rubén Castro

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