El próximo 17 y 18 de diciembre se presentará en el Teatro Central, Rojo reposado, una obra que narra la ruptura del cordón emocional entre un hijo y su madre tras vivir cinco años en un campo de concentración.

Paula Romero. La obra Rojo reposado que se representara en los próximos días, posee una fascinante combinación de texto, imágenes e interpretación para relatarnos de una forma impactante los recuerdos de un niño en un campo de concentración japonés.

Guy Cassier es el director artístico de Toneelhuis, que ha llevado a cabo el desarrollo de un lenguaje teatral muy personal en el que la tecnología tiene el sorprendente efecto de profundizar en las emociones.

Se trata de una adaptación teatral de la novela autobiográfica de Jeroen Brouwers, quien acabó odiando a su madre después de que esta decidiera internarlo en un colegio religioso tras ser liberados del campo de concentración japonés. «Ella creía que era necesario internarlo porque la vida en el campo de concentración había asilvestrado al pequeño. El niño, en cambio, vivió aquella decisión como una traición de su propia madre y sintió mucho odio», resumió Roofthooft.

La producción de Toneelhuis ya fue acogida en el Centro Dramático Nacional dentro de su ciclo «Una mirada al mundo» con versión española gracias al dominio del castellano que posee el actor Dirk Roofthooft y en Madrid donde se alabó el trabajo de este gran intérprete, así como ante la puesta en escena.

Previamente, su presentación en el Festival de Avignon o en el Transameriques de Montreal había suscitado el mismo efecto y no podía ser de otra forma ya que dos de las figuras teatrales más destacadas de la escena europea se habían unido para dar fe de su magisterio.

La obra es cada vez más apreciada a nivel internacional. En años recientes, se ha concentrado en su Tríptico del Poder; Mefisto for ever, Wolfskers y Atropa. Avenging peace; que trata de las complejas relaciones entre el arte, la política y el poder.

Por su parte, Dirk Roofthooft es uno de los mejores actores de Europa. Ha trabajado con famosos directores de teatro, coreógrafos y músicos como Jan Fabre, Jan Lauwers/Needcompany, Wim Vandekeybus, Ron Vawter (The Wooster Group), Rene Pollesch (Volksbühne, Berlín), la leyenda del jazz Henry Threadgill con quien abrió el Festival de Salzburgo del 98 y el director de ópera Peter Sellars. Ha actuado en todo el mundo en holandés, francés, español, alemán e inglés y ha obtenido varios premios de cine y teatro en Bélgica y otros países.

Guy Cassier aplica su particular método multimedia a una historia devastadora. El alma del personaje más cuestionables aparecen totalmente al descubierto en pantallas grandes y pequeñas, gracias a la transmisión de imágenes en directo, micrófonos diminutos pero ultrasensibles y un juego de sombras de alta tecnología y Roofthooft realiza una interpretación impecable en un decorado de inspirado diseño que evoca los simétricos jardines japoneses, aquí surcados por rayos láser de color rojo sangre.

Los traumas exaltan de su infancia en un campo de concentración japonés en Java durante la Segunda Guerra Mundial siguen obsesionando al personaje principal del espectáculo durante toda su vida.

Un duro y bello texto a la vez impregnado del monólogo más sincero y cruel donde resalta el tema de la vida: amor, odio, melancolía, esperanza… Una obra sobre las consecuencias de unos sucesos trágicos que refleja insatisfacción, desasosiego hacia la familia y la juventud destrozada de un niño.

Su representación serán los próximos días 17 y 18 de diciembre a las 21:00 horas en el Teatro Centra (Isla de la Cartuja) a un precio de 15€.

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