Celebra 15 años de teatro La Abadía y lo hace con una obra en torno a este propio arte, y así en torno a la vida: ‘El arte de la comedia’ (Teatro Central, Sevilla, pasados viernes y sábado), un texto del Eduardo de Filippo, genial autor napolitano (1900-1984) cuyo reconocimiento en España no se equipara a su grandeza.

Miguel Ybarra Otín. Fue de Filippo autor, director y actor de esta inteligente pieza en la  que reflexiona sobre el valor social del teatro y sobre su habitual dependencia de la política. Ideas llevadas ahora a la escena en el montaje de La Abadía, con la magnífica dirección de Carlos Alfaro, que respeta cada punto y coma del original.

Oreste Campase -alter ego del autor, en su día por él mismo interpretado y que en esta versión de La Abadía es magistralmente representado por Enric Venavent- es un cómico de una pequeña compañía, de gira en un pueblo de montaña del norte de Italia. Llevan a escena obras populares en una carpa, pero ésta se quema accidentalmente y las obras deben llevarse al teatro del pueblo, donde el público llano, sin trajes de gala, prefiere no acudir.

Al pueblo acaba de llegar el nuevo gobernador -Pedro Casablanc, también enorme-, quien deberá entrevistarse con el médico, la profesora, el cura, el farmacéutico, etc., aunque será el cómico Oreste el primero que aparezca por allí a pedir ayuda: la conversación entre ambos derivará en discusión y al despedirse el artista amenaza al político con enviarle a todos sus actores haciéndose pasar por el médico, la profesora, el cura, etc.

Con esta trama, la obra resulta divertidísima. Con el texto, el espectador nunca puede saber si quienes visitan al gobernador y su redicho secretario -genial José Luis Alcobendas- son los auténticos o no. Y mientras todos éstos aparecen y la obra avanza hacia el final, el tono se hace algo exagerado, abandona su anterior mayor sutileza. Dejando abiertas interesantes cuestiones de todos modos. Haciéndonos reír, pensar, debatir; haciendo magnífico teatro.

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