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Las historias de amor de Sevilla

La excitación sexual, el enamoramiento y el cariño comprenden las tres fases del amor. No toda relación debe experimentar estos episodios, pero sí en todos ellos se producen una serie de fenómenos químicos que explican por qué el amor es una droga.

La Casa de la Ciencia de Sevilla, dependiente del CSIC, acoge su programación divulgadora un taller para explicar qué es el amor y por qué nos enamoramos.

A ellos el amor les entra por los ojos. A ellas, por el oído. Y a ambos por el olfato. A mayor desigualdad de olores, mayor diferencia de sistemas inmunológicos. Lo que se traduce en una descendencia fuerte. Ese es el fin real de la atracción entre humanos. Pero, ¿por qué nos enamoramos?

He ahí la razón para la creación de este taller que la Casa de la Ciencia de Sevilla, dependiente del CSIC, acoge su programación divulgadora para explicar qué es el amor.

Puestos a no poder escapar de él, qué mejor que entender su funcionamiento. Aquello que se cree que responde a un comportamiento controlado se define químicamente como estado de enajenación, afortunadamente, transitorio.

“Nadie puede vivir eternamente enamorado. Sería totalmente agotador. No tendríamos energía para hacer nada más”, afirma Carolina Bayo, Divulgadora de Engranajes Ciencia. El fin del enamoramiento da lugar a una fase que solo la especie humana experimenta: el apego.

Aunque biológicamente está demostrado que el ser humano no está hecho para ser monógamo, la fase de cariño puede conseguir que el amor sea eterno. Sin embargo, a los que no conocen la tercera fase quizás “Se le rompe el corazón. Te da un dolor muy parecido al que puede sentir alguien cuando le da un infarto”, asegura Bayo. El amor como hilo conductor de la divulgación científica. Y es que, al final, en una pareja todo es química.