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La Junta, La Caixa y Cajasol perfilan el proyecto final para las Reales Atarazanas

El arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra y la presidenta de la Junta han presentado el proyecto de transformación de las Reales Atarazanas en un «centro cultural centrado en el diálogo con América».

La Presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, y el arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra han presentado este viernes el proyecto para la conversión de las Reales Atarazanas de Sevilla en un espacio cultural centrado en el diálogo con América.

Al acto también han asistido el Presidente del Grupo “la Caixa” y de la Fundación Bancaria “la Caixa”, Isidro Fainé; el consejero de Educación, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía, Luciano Alonso; el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido; el director general de la Fundación Bancaria “la Caixa”, Jaume Giró; y el presidente de Fundación Cajasol, Antonio Pulido.

La Fundación Bancaria “la Caixa” será la encargada de la rehabilitación y adecuación del espacio, y destinará 10 millones de euros a la conversión de las Atarazanas. La Fundación Cajasol, por su parte, será la responsable de la gestión del centro durante los próximos 20 años, en virtud de una concesión administrativa otorgada por la Junta de Andalucía. La explotación se hará de acuerdo con la Junta de Andalucía, que a su vez aportará recursos y contenido expositivo permanente. De esta manera, las tres instituciones promueven la recuperación para uso ciudadano de este emblemático edificio.

El proyecto de construcción de un espacio de diálogo con América en las Reales Atarazanas ha sido encargado al arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra. El objetivo es renovar la vocación original de las Atarazanas –cuando en ellas se fabricaban barcos para unir pueblos y conectar continentes- para construir las Atarazanas del siglo XXI.

Según informa la Fundación Cajasol, el nuevo proyecto para las Atarazanas aspira a recuperar el concepto de universalidad, que ha inspirado a Sevilla y Andalucía a lo largo de su historia, y reinicia su actividad de “construcción de navíos”, pero en este caso de navíos culturales que trasladan y difunden una memoria común y facilitan el encuentro; de barcos de papel que tienen escritos una memoria común y sueños de futuro.

«Será un espacio para el encuentro con el continente americano y su cultura, un escenario libre para la exhibición, el debate y el pensamiento de América en Europa. Un espacio generador de usos, que superará el concepto de patrimonio para su observación, convirtiéndose en un espacio monumental vivo, centro de actividad cultural», señalan.

La intervención arquitectónica

El proyecto básico de la propuesta de Guillermo Vázquez Consuegra define las Atarazanas como espacio “generador de usos culturales”, relacionando su utilidad con su lectura patrimonial: el visitante ha de tener la posibilidad de contemplar el espacio en su sencilla desnudez. Así, la propuesta partirá de un principio de mínima intervención que garantice la conservación de los valores culturales del bien.

Por eso, la intervención conservará la espacialidad de la planta baja evitando compartimentaciones, minimizará el espacio construido ocupando las áreas disponibles en el cuerpo de cabecera y en la planta alta; resolverá la accesibilidad al inmueble con la apertura a la Calle Dos de Mayo; y potenciará el uso de las cubiertas, recuperándolas para la visita pública con la voluntad de reconciliar el equipamiento con la ciudad.

Con la apertura y conservación del actual espacio de la planta baja, nacerá el Espacio Multiusos Atarazanas, que servirá tanto para conciertos, teatro, danza, presentaciones de libros, conferencias, etc.

Se incorpora al proyecto un espacio de recepción e interpretación del edificio en la zona situada en la cabecera en planta baja. Los contenidos se centrarán en el discurso interpretativo del bien. En la buhardilla se exhibirá la otra gran exposición permanente, que vendrá a contextualizar todo lo que acontece y se programa en Atarazanas, exhibiendo el intercambio cultural generado a lo largo de la historia entre América y Andalucía.

Las naves de la planta baja de las Atarazanas conformarán un espacio único donde albergar exposiciones temporales e intervenciones artísticas contemporáneas tales como: happenings, performances y exposiciones de esculturas de gran formato.

El proyecto prevé que existan dos salas expositivas temporales o espacios polivalentes, que se situarían en los espacios disponibles en la planta alta. También se establecerá un espacio ubicado en la planta alta, para las proyecciones, así como una pantalla en el frontal de una de las naves para una programación digital cuyo contenido serían los soportes audiovisuales que excedan del visionado en sala.

Así, los espacios que se contemplan sos lo de una gran plaza pública, espacio permanente de interpretación del edificio, una exposición permanente centrada en América y Andalucía, dos salas de exposiciones temporales, un espacio multiusos, otro de proyecciones, una gran pantalla común, una zona de restos arqueológicos, aulas para creación sin adaptar además de espacios de ocio como librería y cafetería.