Carismático, cofrade, cantaor, tabernero y, ahora, un emblema más que la ciudad mimará en la plaza Jerónimo de Córdoba, allí donde decidió buscar fortuna con su tasca ‘Quitapesares’.
Enfrente de su taberna y en la plaza que inundó con su humor y saetas, allí se ha ubicado este miércoles la estatua de Pepe Peregil arropado con una gran multitud de vecinos que disfrutaron tanto de él como de su oferta gastronómica. Que haya sucedido en el día de San José no es una casualidad, la idea nació de la Asociación Amigos de Peregil promotores del homenaje a este onubense enamorado de Sevilla.
Su ciudad de adopción y el imaginero José Antonio Navarro Arteaga han sabido corresponderle. Un homenaje de bronce y granito de 2,20 metros de altura que vigilará con su quejío el paso de los transeúntes. En la solapa luce la ‘Saeta de oro’, su mano derecha busca un punto de apoyo mientras que la izquierda hace la magia. Así lucirá Pepe, perpetuo en su plaza para quitar los pesares de aquellos que lo conocieron.
