La imagen preparada para su primer traslado. - Pastora de Santa Marina

La Asociación Gremial Sevillana de Arte Sacro ha mostrado su «hondo pesar» tras conocerse que la Hermandad de la Divina Pastora de Santa Marina estrenará el próximo mes de septiembre unos faldones para su paso procesional confeccionados en talleres de Pakistán.

El colectivo profesional, que agrupa a artistas y artesanos de la ciudad, recuerda que ya el pasado 3 de febrero emitió una declaración en defensa del sector frente a lo que considera «un atropello» por la incorporación de enseres procedentes del sur de Asia, elaborados «con escasa calidad» y sin garantías laborales ni tributarias.

En su comunicado, la Asociación insiste en que los enseres de arte sacro sevillanos son fruto de técnicas transmitidas de generación en generación y catalogadas como Patrimonio Inmaterial de Andalucía. «El proceso de creación y realización de los enseres creados por nuestros artesanos y artistas llevan consigo un esfuerzo técnico, artístico e incluso vital que resulta inimitable y no asimilable a otras coordenadas», subraya.

El gremio denuncia, además, que muchos de los talleres extranjeros promocionan su trabajo en redes sociales utilizando imágenes de piezas realizadas en Sevilla y llegando incluso a plagiar diseños. «Se trata de enseres de muy escasa calidad, ejecutados con hilos y materiales acrílicos, que tendrán poca vida útil y escasa posibilidad de restauración», advierte.

Desde la asociación se pone también el acento en la falta de regulación laboral y tributaria de estos encargos, en contraste con la contribución económica y social que realiza el sector artesanal local. «Todos esos beneficios colectivos se borran de un plumazo con encargos a estos talleres extracomunitarios», señalan.

Por último, la organización profesional advierte de que la incorporación de piezas extranjeras en pasos procesionales puede «restar al conjunto estético y artístico», incluso cuando se colocan junto a obras de la mejor artesanía sevillana, e insta a las hermandades a una «profunda reflexión» para preservar el prestigio de las cofradías y del arte sacro de la ciudad.