Con dos horas y diez minutos de retraso cerró ayer la Macarena la jornada, repleta de ilusión y sentimiento/ Álvaro Ceregido

Fue el tiempo que la Macarena tardó en recorrer la distancia entre la Basílica y la Catedral. El notable público y el lucimiento fueron sumando un retraso de más de dos horas.

Se cumplían 50 años de la coronación canónica de la virgen de la Esperanza Macarena. Y Sevilla hizo suya la conmemoración acompañandola desde su salida al mediodía hasta su entrada en la Catedral de Sevilla, pasadas la 1:32 minutos de la madrugada.

Durante su camino la virgen saludó a templos y conventos por los que pasaba en medio de una importante aglomeración de personas que, en ocasiones, casi impedía el avance del paso de palio. Tanto fue así que la Esperanza Macarena fue acumulando minutos de retraso que, al final se convirtieron en dos horas y doce minutos a su llegada al templo metropolitano.

Sin embargo, y aunque de Esperanza se trataba, no fueron pocos los sevillanos que de esperar se acabaron cansando cuando, el retraso empezó a sumarse a la espera decidida para situarse en buen lugar y ver pasar a la virgen. Y al final esa misma espera acabó desesperando a algunos que, bien optaron por buscar a la virgen o, directamente, desistieron en el intento y retornaron a casa un tanto decepcionados por la falta de rigor en los horarios.

Pero aún con retraso la Macarena pasó, y no decepcionó. Especialmente emotiva el paso por la calle Parras, corazón del barrio macareno que la custodia todo el año o la entrada del palio en Monte-sión o San Juan de la Palma. También su paso sobre la alfombra de sal de Sanlúcar de Barrameda en la Plaza de San Francisco, que de color verde, y con el escudo de la hermandad, marcó el camino del palio entre los arcos del Corpus, ya terminados y listos para que pasara a través de ellos la Esperanza Macarena.

Allí fue recibida por la Corporación municipal, a la que el hermano mayor dio las gracias por las facilidades dadas para la organización de los actos del cincuentenario de la coronación canónica de la virgen. También el alcalde, Juan Ignacio Zoido, hizo entrega de un pergamino conmemorativo de la efeméride.

Tras esto, una vez dejado atrás el Ayuntamiento, la virgen imprimó más velocidad a su lento discurrir para, a la 1:32 minutos entrar en la Catedral, donde estará hasta el próximo sábado. Ese será otro día grande en el que la virgen irá a la Plaza de España, a la antigua Fábrica de Tabacos, la capilla de Los Negritos, o los salesianos de la Trinidad. Pero eso será en una semana.

Hasta entonces, el besamanos a la virgen, que arranca hoy, llevará a la realización del triduo en la catedral. En definitiva una semana en la que la Esperanza Macarena habitará en la catedral para celebrar que hace 50 años que fue coronada.

Licenciado en Periodismo y Máster en Sociedad, Administración y Política, puso en marcha el 'Proyecto Deguadaíra', germen de Sevilla Actualidad. Ha pasado por El Correo de Andalucía, Radio Sevilla-Cadena...