La Comic-Con ha movido a más de 120.000 personas, un número más que llamativo teniendo un aforo máximo de hasta 20.000 en el Palacio de Ferias y Congresos de Málaga. Colas kilométricas, espacios abarrotados, temperaturas extremas, precios desorbitados, desorganización y cientos de hojas de reclamaciones son los protagonistas de un evento que estará en Andalucía por al menos tres años. Así al menos lo han denunciado múltiples usuarios del evento ante la organización, la Junta y la OCU. El presidente del Ejecutivo andaluz destacó el impacto económico de más de 50 millones de euros en sus redes sociales, en las que después reconoció «algunos errores».

Numerosas personas han sido las que han trasladado quejas a la organización sobre los precios de las comidas. Miguel denuncia que le han cobrado 20 euros por un perrito caliente y una botella de agua, adjuntando una imagen que ha dejado más de un comentario advirtiendo de las condiciones en las que servían los alimentos. Lo cierto es que en los carteles de los puntos de venta un café superaba con facilidad los 3 euros. Para más inri, no era posible introducir comida ni bebida del exterior, pese a ser «una cláusula abusiva» como señala FACUA, organización para la defensa de los derechos de los consumidores.

Samuel, estudiante y fanático emperdernido, critica que se hayan vendido «demasiadas entradas o no hayan utilizado todo el espacio que podían». Esto contrasta con lo que dice el alcalde, Francisco de la Torre, que está convencido de querer ampliarlo. «También habría hecho falta un toldo en la zona de la cola para la comida, donde da mucho sol y la cola es lentísima», reclama Samuel. Las temperaturas extremas han causado estragos en el evento, como así confirman los vídeos publicados. Samuel relata que sus sentimientos son contradictorios. Por un lado afirma que vivir un evento histórico así ha sido extraordinario, pero por otra parte la organización, según cuenta, ha sido deficiente.

No obstante, las opiniones son dispares. José Francisco —otro asistente— dice que llegó a las nueve de la mañana y en 20 minutos ya estaba dentro. «Es cierto que el aforo era problemático para la gente que se agobia, pero hay que saber a lo que se va», sentencia. Apela a «tener más cabeza», pues cuando él y sus amigos se fueron a comer era el momento preciso en el que la gran mayoría estaba volviendo de hacer lo mismo. «La gente lo ha exagerado todo», asegura.

Entradas, firmas y otros gastos

Las entradas previstas eran 60.000 y a un precio de 50 euros cada una –aunque el año que viene el precio subirá a 80–. Finalmente se sacaron a la venta 120.000 tickets. Las quejas también han estado dirigidas a las firmas y fotos con celebridades: más de 66 euros por lo primero y más de 90 por lo segundo. El Ayuntamiento de Málaga y la Junta, en total, han aportado 4,5 millones para que el evento pudiera desarrollarse. Ninguna inversión pública solventará la cantidad de reclamaciones económicas que han llegado por las problemáticas desatadas alrededor del evento. Hay quienes piden formalmente hasta 750 euros a la organización. No obstante, ante la avalancha, las reclamaciones no parecen tener un futuro en el que lleguen a buen puerto.

No se conocen aún los detalles de cómo se organizará el próximo encuentro, pero el alcalde está convencido de que será mejor que el de este año. «Hay pocos espacios en la ciudad para descentralizar actividades como quiere la organización», advierte el regidor. En la mesa está el Cortijo de Torres, donde anualmente tiene lugar la Feria de Málaga. Así que, quién sabe. Quizás las casetas, el próximo año, sean el escenario de un ‘Campo de Batalla’ de Los Vengadores o un ‘Salón del Trono’ de Star Wars.