La aparición de aves muertas en diversos puntos de Sevilla, como el Parque del Tamarguillo, los Jardines del Real Alcázar o el Parque de Miraflores, ha hecho saltar las alarmas sobre cómo afecta la gripe aviar a los seres humanos. Aunque el riesgo para la población general es bajo, las autoridades sanitarias insisten en la importancia de conocer cómo puede afectar a los humanos y qué medidas se están tomando.
Según la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, la transmisión de la gripe aviar a humanos es muy poco frecuente. Los casos registrados en el mundo suelen estar vinculados a un contacto directo y prolongado con aves enfermas o con superficies contaminadas por sus fluidos. No existen evidencias de que el virus se transmita de persona a persona, por lo que el riesgo para la ciudadanía es limitado. Aun así, se mantiene un seguimiento estrecho de las personas que hayan podido estar en contacto con aves afectadas.
En el caso excepcional de que una persona contraiga la enfermedad, los síntomas suelen ser similares a los de la gripe común: fiebre alta y malestar general, tos y dificultad respiratoria, dolores musculares y de cabeza, y en algunos casos, complicaciones respiratorias graves.
Tras confirmarse focos en aves en Sevilla y Málaga, la Junta ha activado un protocolo de bioseguridad que incluye:
- Seguimiento médico de personas expuestas: pruebas PCR, entrevistas epidemiológicas y control de síntomas durante diez días.
- Refuerzo en los centros de salud: vigilancia activa para detectar posibles casos sospechosos.
- Recomendaciones ciudadanas: no tocar aves muertas o enfermas, avisar a las autoridades en caso de hallarlas y, para profesionales expuestos, uso obligatorio de guantes, mascarilla y vacunación frente a la gripe estacional.
