Las noches en la Feria de Málaga siempre traen sorpresas, incluso aunque sean de las más esperadas. Durante la madrugada de este lunes la zona de botellón en la que anualmente los jóvenes feriantes se reúnen para beber y disfrutar de la música se ha visto interrumpida por una agresión en la que ha resultado herido un varón. Eran cerca de las tres de la madrugada cuando los agentes del GOA (Grupo Operativo de Apoyo) de la Policía Local aparecían en mitad del espectáculo provocando el cese de la música y, por consiguiente, de la fiesta.
Numerosos curiosos se acercaron a la escena para ver de cerca qué estaba pasando. Otros más prudentes abandonaron la zona ante la posibilidad de que estuviera en riesgo su integridad física. Los agentes formaron un rápido dispositivo en el que disolvieron a la multitud y mantuvieron al herido al margen de intrusos hasta que llegaron los recursos sanitarios para su traslado. Tras el acontecimiento que provocó el cese definitivo de la sesión, proliferaron multitud de teorías y mensajes que no dejaron del todo claras las circunstancias del suceso. Algunos aseguraron que se trataba de un botellazo, pero otros vaticinaron por una agresión con un arma blanca. Lo que sí ha trascendido, según indican fuentes policiales a este medio, es que «se ha producido una agresión que ha provocado el traslado de un varón» que ha dejado una impactante mancha de sangre en el pavimento.
No es la primera vez que conflictos del estilo toman protagonismo en esta polémica zona de la feria. El año pasado una pelea a botellazos acabó con un joven de 26 años herido y un detenido. A pesar de los drones, cámaras y 700 policías desplegados cada día en las calles para esta feria, los problemas relacionados con las reuniones masivas y el consumo de bebidas alcohólicas no acaban. El botellón o «la máxima» -como así se conoce coloquialmente el espacio- tiene también una alta presencia de menores de edad, cuestión que pasa desapercibida -u omitida- para las autoridades municipales.