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El engaño del vapeo ha provocado una lucha contra el mismo en muchos países de Europa y del mundo. La propia definición de ‘vapear’ es alarmante, ya que indica que se trata de la acción de inhalar el aerosol (vapor) que genera un cigarrillo electrónico o vapeador al calentar un líquido, simulando fumar, pero produciendo un aerosol que contiene nicotina, saborizantes y otras sustancias químicas peligrosas, no solo vapor de agua, exponiendo a riesgos de adicción y daño pulmonar.
Pues bien, varios Estados miembros de la UE ya han empezado a reaccionar con regulaciones contundentes, porque detectan que el vapeo constituye un nuevo problema de salud pública. Bélgica se convirtió en el primer país de la Unión Europea en prohibir la venta de vapeadores desechables (los populares «puffs» que atraen a jóvenes) desde el 1 de enero de 2025, argumentando razones sanitarias y ambientales.
Otros países en la lucha contra el vapeo
En Países Bajos ya están vigentes restricciones severas: prohibido el comercio de sabores distintos al tabaco, venta online suspendida desde 2023, publicidad vetada salvo en tiendas especializadas, y en muchos lugares se aplican las mismas prohibiciones que al tabaco tradicional.
Incluso Francia ha aprobado recientemente vetar los cigarrillos electrónicos desechables y endurecer la normativa que regula líquidos y publicidad. Estos ejemplos señalan una tendencia clara: muchos países de nuestro entorno ya no aceptan la normalización del vapeo y actúan antes de que una nueva ola de adicción a la nicotina consolide generaciones enteras dependientes.
¿Qué ocurre en España?
Por todo ello, Nofumadores.org exige al Gobierno de España seguir el camino abierto por México y prohibir la fabricación, importación y venta de todo dispositivo de vapeo, además de establecer un plan de retirada inmediata del mercado, sin excepciones, y lanzar una campaña estatal que desmonte la propaganda de reducción de daño impulsada por la industria de la nicotina, que solo se basa en estudios científicos de muy dudosa credibilidad debido a los serios problemas de conflicto de intereses de sus autores. «Debemos tener claro que los únicos que defienden el vapeo son aquellos que tienen algún tipo de interés comercial para que esté en el mercado», recalca Fernández Megina.
«México ya lo ha hecho. España no tiene excusas. Si la salud pública es una prioridad, el vapeo debe ser ilegal. Y si no actúan, quedará claro a quién están protegiendo: a la industria, no a nuestros hijos», concluyó la presidenta de Nofumadores.org.
Un Anteproyecto de Ley aún insuficiente
El Gobierno aprobó el pasado mes de septiembre el anteproyecto de ley para la reforma de la ley antitabaco. La intención de la medida es ampliar las zonas sin humo y equiparar la legislación contra el tabaco a la de productos como vapeadores o cigarrillos electrónicos. Terrazas de hostelería, parques, piscinas, campus universitarios, entre otros espacios públicos, ya no serán lugares en los que se pueda fumar ni cigarrillos convencionales ni electrónicos, pero no su prohibición absoluta.
Además de la prohibición de fumar o vapear en determinados espacios abiertos, los productos derivados —cigarrillos electrónicos o incluso bolsitas de nicotina— no se podrán consumir a menos de 15 metros de centros educativos, culturales y deportivos, parques, entre otros.
