Tras la catátrofe dejada por los seísmos sucedidos en Haití, los Ayuntamientos de las localidades sevillanas, donan bienes económicos y humanitarios para ayudar en la medida de lo posible a la ciudad de Puerto Príncipe. Además, la Diputación de Sevilla también donará incentivos para paliar el caos haitiano.
Sevilla Actualidad. Se cumplen tres días de la catátrofe de Haití, considerada una de las más grandes en Latinoámerica, la cual ha dejado más de 50.000 muertos y millones de personas afectadas y sin hogar, ya que los seísmos se han dejado caer en el país más pobre de América Latina, por lo que la recuperación será muy difícil y lenta. Es por ello que no dejan de llegar efectivos de todos los países del mundo y se están multiplicando los esfuerzos para rescatar el máximo de personas desaparecidas entre los escombros.
Multitud de órganos y países del planeta han enviado equipos para recuperar el caos surgido entre los ciudadanos, que se encuentran, cara a cara con la desolación y la incertidumbre en un país que carece de gobierno e infraectucturas. La ciudad de Sevilla no ha querido ser menos, y es por ello, que la Diputación provincial ha acordado, por ‘vía de urgencia’, destinar 100.000 euros para labores de ayuda humanitaria en Haití, por medio del Fondo Andaluz de Municipios para la Solidaridad Internacional (FAMSI).
Del mismo modo, FAMSI también se encargará de canalizar las diferentes aportaciones para la solidaridad internacional que se recauden desde las distintas administraciones andaluzas ya sean desde los propios Ayuntamientos, Diputaciones y organizaciones colaboradoras.
Por un lado y con carácter inmediato, se enviarán todo tipo de material de primera necesidad, entre otros, medicinas, alimentos no perecederos y bombas potabilizadoras de agua. Asimismo, y por otra parte, debido a los cuantiosos daños sufridos no sólo a nivel humano sino de infraestructuras e instalaciones, con estos fondos se propiciará la reconstrucción de hospitales, centros educativos y sociales.
Municipios solidarios
Son muchas las localidades que se han solidarizado con esta catástrofe en el continente americano, por lo que a través de la FAMSI, diversos ayuntamientos enviarán ayuda humanitaria y económiva para hacer un poco más viable la tragedia. Este es el caso del municipio de Tomares, donde se inicia una campaña de solidaridad con Haití con el objetivo de recaudar dinero entre sus habitantes, para ser enviada luego directamente.
Gerena también se ha querido sumar a la llamada solidaria; es así que el Ayuntamiento hace un llamamiento a los vecinos para que colaboren con la ayuda internacional. El mensaje será retransimitido incluso por la televisión local de la localidad para hacer más efectiva su llamada.
Por su parte, la entidad bancaria Unicaja también ha abierto, al igual que Cajasol, una cuenta para que los ciudadanos sevillanos dejen sus donaciones para ayudar en la medida de lo posible a todas las personas haitianas.
“Todavía se oyen voces de niños atrapados»
El director de la ONG PLAN en Haití ha relatado el horror que se plasma en el país después de la tragedia, afirmando que «el daño del terremoto escapa a la imaginación» y que, es tanta su magnitud, que incluso, «he visto numerosos cuerpos tendidos a lo largo de las calles principales de Puerto Príncipe. Todavía se oyen las voces de niños atrapados entre los escombros de sus escuelas”.
Realtos desgarradores que dejan al descubierto la magnitud de una catástrofe que será muy difícil de olvidar para los haitianos, ya que la gran parte de la ciudad ha quedado «devastada y el terremoto ha dejado miles de familias sin hogar y la ciudad se ha transformado en una colección de campamentos improvisados».
Desde el primer momento, 142 trabajadores de PLAN en Haití (hay uno más pero se encuentra con heridas de consideración) trabajan contrarreloj para encontrar supervivientes y atender a la población que se ha visto afectada. Además, un equipo de expertos en emergencias de PLAN ha viajado hasta Haití para colaborar en la atención a las víctimas del terremoto.
A día de hoy, aún siguen las tareas por encontrar supervivientes entre los escombros, y miles de personas deambulan por las calles sin un rumbo fijo, con la mirada perdida, y buscando desesperadamente sobrevivir en un país desolado por el caos.