En la mañana de ayer, el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, recibía al nuevo delegado de Gobierno en Andalucía, Luis García Garrido,  nombrado el pasado lunes en un acto en el Palacio de San Telmo.

Javier Gotor/Agencias.José Antonio Griñán abría las puertas de la sede del Gobierno andaluz situada en el Palacio de San Telmo en la mañana de ayer, para recibir la visita del nuevo delegado de Gobierno, Luis García Garrido, tras su toma de posesión el pasado lunes en el Palacio de la Moncloa que fuera presidido por la vicepresidenta primera de Gobierno de España, María Teresa Fernández de la Vega.

Todo ello después de que la semana pasada, el hasta entonces delegado de Gobierno en Andalucía, López Garzón, dimitiera de su cargo volviendo a acceder a su puesto catedrático de Matemática Aplicada en la Universidad de Sevilla.

Durante su toma de posesión, García Garrido ha querido recordar que ha realizado «la mayor parte» de su vida política «con y en Andalucía» y ha asegurado que «tener la responsabilidad de representar al Estado» le llena de «ilusión». También «poder trabajar dentro de ese territorio tan amplio y en colaboración con el Gobierno de Andalucía».

Esta elección de Garrido por parte del Gobierno central no ha pasado desapercibida al principal partido de la oposición, el Partido Popular, que en palabras de su líder andaluz,  Javier Arenas afirma que «poner las instituciones al servicio de un interés electoral o de una coyuntura de partido es grave». Para el PP este acto es una prueba fehaciente de que el Gobierno central quiere dar mayor eco a la gestión de la Moncloa en Andalucía.

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