Saber qué subirá en España este 2026 será clave para entender cómo evolucionará el coste de la vida en los próximos meses. Aunque la inflación moderará su ritmo, los precios seguirán creciendo y afectarán a gastos esenciales como la alimentación, la vivienda, la energía, los transportes o los seguros, en un contexto en el que los salarios y las rentas familiares no avanzan al mismo ritmo que el encarecimiento acumulado desde los años posteriores a la pandemia.
Las previsiones del Banco de España apuntan a que el Índice de Precios de Consumo se situará en torno al 2,1% en 2026, por debajo del 2,7% estimado para el cierre de 2025. Esta desaceleración no implica una bajada general de precios, sino un crecimiento más contenido sobre niveles ya elevados, lo que seguirá reduciendo el poder adquisitivo de amplias capas de la población.
Este escenario tendrá un impacto directo en el día a día de las familias sevillanas, que afrontarán nuevos ajustes en su presupuesto mensual. La cesta de la compra, los suministros básicos del hogar o el acceso a la vivienda continuarán marcados por la subida de costes, mientras que las mejoras salariales y de pensiones, aunque existentes, no lograrán compensar plenamente el aumento del gasto.
A lo largo de 2026, distintos sectores estratégicos para la economía doméstica experimentarán revisiones de precios y tarifas, motivadas tanto por decisiones regulatorias como por la evolución de los mercados energéticos, financieros e inmobiliarios. A ello se suman factores estructurales, como el encarecimiento de servicios, la presión fiscal indirecta y el fin de algunas medidas de contención aplicadas en ejercicios anteriores.
La cesta de la compra seguirá encareciéndose
Aunque no existe una previsión cerrada para los precios de los alimentos en 2026, las tendencias actuales apuntan a que hacer la compra seguirá siendo más caro. Al cierre de 2025, el IPC de los alimentos repuntó hasta el 2,5% interanual, el nivel más alto del año. Productos básicos como los huevos, la carne de vacuno, el café o el chocolate han liderado las subidas, con incrementos de dos dígitos, a los que se han sumado frutas, pescado congelado, lácteos o frutos secos.
Factores sanitarios —como la gripe aviar o la peste porcina— y climáticos han tensionado la oferta, por lo que los expertos no esperan correcciones significativas a corto plazo. El resultado es que 2026 arrancará con los precios alimentarios en niveles elevados.
Luz: más peajes, aunque con energía más barata
La factura eléctrica volverá a experimentar cambios. Por un lado, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia ha aprobado un incremento del 0,5% en los peajes de acceso a la red para garantizar las inversiones en infraestructuras. A ello se suma la propuesta ministerial de elevar en torno a un 10% los cargos del sistema eléctrico.
Sin embargo, el menor coste de la electricidad en los mercados mayoristas podría amortiguar el impacto final. Las previsiones sitúan el precio medio de la electricidad en 2026 en 56,77 euros por megavatio hora, frente a los más de 64 euros con los que cerrará previsiblemente 2025. Además, se prorroga el bono social eléctrico, aunque con descuentos inferiores a los vigentes en los momentos más intensos de la crisis energética.
Gas y carburantes: la energía baja, pero no la factura final
El contexto internacional apunta a precios bajos del petróleo y del gas natural durante 2026, gracias a un exceso de oferta y a una demanda contenida en Europa. No obstante, esta tendencia no se trasladará de forma directa a todos los recibos.
En el mercado libre del gas, los hogares afrontarán una subida media del 11,2% en los peajes de acceso, lo que supondrá unos 15 euros más al año en determinadas tarifas. A ello se suma un factor clave para los conductores: España deberá actualizar la fiscalidad del diésel para equipararla a la gasolina, lo que podría encarecer el combustible entre siete y diez céntimos por litro.
Impuestos: sin grandes cambios, pero con más carga real
La falta de nuevos Presupuestos Generales del Estado limita las subidas fiscales explícitas. Aun así, la decisión de no deflactar el IRPF implicará una mayor factura tributaria para quienes hayan visto subir su salario para compensar la inflación.
Pensiones: revalorización generalizada
Las pensiones contributivas se revalorizarán en 2026 un 2,7%, en línea con la inflación, lo que supondrá unos 570 euros más al año en la pensión media de jubilación. Las pensiones mínimas crecerán por encima del 7%, mientras que las no contributivas y el Ingreso Mínimo Vital subirán un 11,4%, con incrementos mensuales significativos para los beneficiarios. También se actualizarán las pensiones de Clases Pasivas del Estado.
Salarios y cotizaciones: suben, pero también los descuentos
El Salario Mínimo Interprofesional podría aumentar un 3,1%, situándose en 1220,70 euros mensuales en catorce pagas. Los empleados públicos, por su parte, verán un incremento acumulado cercano al 4%.
Junto a estas mejoras, 2026 traerá una subida de las cotizaciones sociales: aumento de la base máxima, crecimiento del Mecanismo de Equidad Intergeneracional y un refuerzo de la cuota de solidaridad para los salarios más altos. Los autónomos no verán modificada su tabla de cotización, pero sí asumirán también el incremento del MEI.
Seguros, telefonía y redes: revisiones al alza
Las pólizas de seguro, especialmente las de salud privada, continuarán encareciéndose debido al aumento de costes sanitarios y al envejecimiento de la población. En paralelo, las compañías de telefonía repetirán la dinámica de años anteriores y actualizarán sus tarifas al alza con la llegada del nuevo ejercicio.
Transportes: volar será más caro
A partir del 1 de marzo de 2026, Aena elevará un 6,5% sus tarifas reguladas, lo que supondrá un mayor coste por pasajero para las aerolíneas y, previsiblemente, billetes más caros. En contraste, se mantendrán las ayudas al transporte público vigentes en 2025.
Vivienda: el mayor foco de presión
La vivienda seguirá siendo uno de los principales problemas económicos para los hogares. En alquiler, las previsiones apuntan a subidas de entre el 6,8% y el 7%, a lo que se sumará el fin de la denominada gran revisión de alquileres para contratos firmados en 2020. Más de 630.000 arrendamientos podrían actualizarse de golpe a precios de mercado, con incrementos anuales superiores a los 1700 euros.
En compraventa, se esperan aumentos de entre el 3% y el 10%, con precios que seguirán tensionados tanto en obra nueva como en vivienda usada. Las hipotecas, por su parte, podrían situarse cerca del 3%, tras darse por finalizada la guerra de precios entre entidades financieras.
En conjunto, 2026 no será un año de sobresaltos extremos, pero sí de subidas generalizadas y persistentes que seguirán poniendo a prueba la capacidad económica de las familias sevillanas, especialmente en los gastos básicos del día a día.
