En Dos Hermanas, a pocos minutos de Sevilla, existe un colegio cuya historia ha fascinado a generaciones de alumnos y vecinos: el CEIP San Sebastián, conocido popularmente desde hace décadas como «el colegio del cementerio viejo». Y es que este centro educativo se alza, según la tradición local, sobre el espacio que ocupó uno de los antiguos cementerios del municipio.

La historia se remonta a 1875, cuando se inauguró el Cementerio de San Sebastián, levantado junto a la capilla del mismo nombre. Durante más de tres décadas, este pequeño camposanto acogió enterramientos de una población en plena transformación. Tras su clausura en 1909, con la apertura del nuevo Cementerio de San Pedro, el lugar quedó en desuso y muchos restos fueron trasladados, aunque el recuerdo del antiguo cementerio permaneció en la memoria del barrio.

Décadas después, a mediados del siglo XX, el Ayuntamiento destinó el solar a uso educativo y se levantó el colegio, primero llamado Calvo Sotelo y más tarde San Sebastián. Desde entonces, la anécdota de que el centro se encontraba sobre un antiguo camposanto comenzó a transmitirse entre vecinos y estudiantes, convirtiéndose en una de las historias más características de Dos Hermanas.

Pero más allá del relato popular, existen testimonios directos que aportan aún más peso a esta curiosidad histórica. Don Carlos Jiménez García, antiguo alumno del colegio entre 1974 y 1982, recuerda que entre 1978 y 1979 aparecieron tres sepulturas con sus respectivas lápidas bajo el albero del patio de recreo. Según relata, en el blog de la Universidad Pablo de Olavide «El Patio Colorao», los restos fueron trasladados durante varias semanas, lo que confirmó a toda la comunidad escolar que el pasado funerario del lugar no era solo una leyenda, sino parte real y tangible de la historia del centro.

Este hallazgo, conocido por los alumnos de la época, reforzó la identidad del colegio como un lugar construido sobre capas anteriores de la ciudad. Muchos estudiantes crecieron escuchando la historia, transmitida entre cursos y recreos, de que bajo sus pies había existido un cementerio. Una mezcla de historia y anécdota que dotaba al centro de un aura singular.

Hoy, el CEIP San Sebastián es un colegio plenamente integrado en la vida educativa de Dos Hermanas. Sin embargo, su peculiar origen sigue siendo una de esas historias que los vecinos conservan con cariño: un recordatorio de cómo los espacios cotidianos pueden esconder bajo su superficie fragmentos insólitos del pasado.

En una provincia cargada de siglos de historia, no es extraño que los edificios se levanten sobre huellas anteriores. Pero pocos centros escolares pueden contar una historia tan llamativa como la del San Sebastián, el colegio que, según la memoria de sus propios alumnos, reveló en su patio las sepulturas de un antiguo cementerio.