Dos hermandades sevillanas han anunciado este lunes cambios de última hora en sus cultos externos previstos para el 8 de diciembre debido a la falta de efectivos policiales comunicada por el Consejo de Hermandades y por el CECOP. Tanto la Hermandad de la Anunciación, en Juan XXIII, como la Hermandad de María Santísima de Guadalupe, en la feligresía de Santa Cruz, han emitido comunicados oficiales explicando la situación y detallando las nuevas disposiciones adoptadas.

El Rosario de la Anunciación, trasladado al interior del templo

La Hermandad de la Anunciación informó que, tras recibir aviso de la ausencia de cobertura policial para el desarrollo del Rosario por las calles del barrio, la Junta de Gobierno se ha visto obligada a modificar el culto previsto. El rosario, que debía celebrarse el día 8 por el exterior, tendrá lugar finalmente en el interior de la parroquia de Juan XXIII a partir de las 10:15 horas.

La corporación lamenta tener que adoptar esta decisión «por causas ajenas a la Hermandad» y a tan solo un día de la celebración. En su comunicado, expresan su pesar por el cambio, motivado por la imposibilidad de garantizar la seguridad durante el recorrido previsto.

Suspensión del Rosario público de Guadalupe en la feligresía de Santa Cruz

Por su parte, la Hermandad de la Virgen de Guadalupe anunció la suspensión del Rosario público por las calles de la feligresía, también debido a la falta de efectivos policiales y a indicación del CECOP y del Consejo General de Hermandades de Sevilla. Según detalla el comunicado, la decisión se adopta tras no poder garantizarse adecuadamente la seguridad del cortejo, a pesar de haberse solicitado y aprobado previamente los permisos necesarios.

La hermandad celebrará, no obstante, el Rezo del Santo Rosario ante la imagen de la Virgen de Guadalupe en el atrio de su sede canónica, la Capilla de Nuestra Señora del Rosario, manteniendo así un acto de culto interno que sustituye al recorrido exterior.

La Junta de Gobierno lamenta la situación y agradece la comprensión de hermanos y devotos ante una circunstancia completamente ajena a la corporación, invitándoles a permanecer unidos en oración.