El Sevilla llega al partido contra el Valencia con la urgencia marcada en rojo. La clasificación aprieta, los rivales suman y los márgenes se estrechan. En ese contexto, Matías Almeyda ofreció una rueda de prensa extensa, directa y sin rodeos, cargada de mensajes hacia dentro y hacia fuera, reivindicando la necesidad de equilibrio en pleno tramo crítico de la temporada.
El técnico defendió con contundencia el trabajo de sus jugadores, especialmente el de Alexis Sánchez, foco de una crítica que considera exagerada y fuera de contexto. Para Almeyda, el chileno representa valentía, profesionalidad y sacrificio, valores que suelen pasar desapercibidos en un entorno que solo mira el gol o el resultado inmediato.
El entrenador también repasó decisiones pasadas, como su no llegada a la selección de Chile, y habló de la importancia de gestionar la presión en un momento en el que cada punto es oro. Recordó que el equipo viene de semanas con lesiones, ajustes y esfuerzos sobrecargados, y que lo principal ahora es recuperar estabilidad para competir en cada batalla.
Mestalla espera con ambiente de partido grande. Almeyda lo sabe, el Sevilla lo sabe y la plantilla lo respira. El duelo de mañana no solo vale tres puntos: mide carácter, mide respuesta y mide cuánto equilibrio puede sostener el equipo bajo presión.
Alexis Sánchez: del foco mediático al valor interno del sacrificio
El primer bloque de la comparecencia tuvo un protagonista claro: Alexis Sánchez. Almeyda no esquivó el tema y defendió al delantero con un mensaje contundente. «Si el otro día marcaba dos goles jugando igual, se decía que Alexis estaba de vuelta», afirmó, ejemplificando esa falta de equilibrio que, según él, domina la conversación futbolística.
El técnico insistió en que el chileno hizo un trabajo que no siempre se ve: desgaste, presión, movilidad constante. «No estuvo fino, pero hizo un gran sacrificio», repitió. Para Almeyda, la crítica excesiva se alimenta de comparaciones rápidas y de una búsqueda constante del fallo.
Además, dejó claro que Alexis no está en el club por dinero ni por obligación: «Es uno de los que menos cobra y eligió este lugar». Un mensaje que apunta directamente a la valentía del jugador por aceptar un proyecto exigente, con responsabilidades grandes y escrutinio permanente.
El entrenador lamentó la volatilidad del entorno: un día memes, otro día halagos. «No se puede cambiar tanto», sentenció. Y recordó que el fútbol tiene una memoria frágil: «Queda mucho por delante. No sabemos si Alexis hará el gol más importante». Palabras que apuntan a una convicción interna: el chileno seguirá siendo determinante en esta batalla de temporada.
Chile, su padre y una historia que cambió por una cláusula
Almeyda también fue preguntado por su no llegada a la selección de Chile, una posibilidad que él mismo calificó como un desafío atractivo. «Era un proyecto muy lindo, con grandes jugadores», explicó. Sin embargo, el técnico reconoció que la cláusula para liberarlo era «imposible» de pagar, lo que frenó la operación en seco.
Lo que sorprendió de su respuesta fue el tono personal. Recordó que vivía uno de los momentos más duros de la pandemia y una de sus últimas conversaciones con su padre. «Me dijo: ‘Te tienes que venir, porque yo en Argentina voy en auto y te veo todas las semanas’». Un episodio que marcó su decisión de no forzar nada más allá de lo profesional.
Ese capítulo refleja otra faceta de Almeyda: la capacidad de encontrar equilibrio entre vida y carrera. La oportunidad no se dio, pero el técnico lo asume con naturalidad, consciente de que en el fútbol —como él insiste— siempre hay nuevas batallas que afrontar.
El entrenador remarcó que aquel interés le motivó, pero que su presente está en Sevilla, donde el desafío también le exige valentía, gestión emocional y un liderazgo firme para sostener al equipo en un momento delicado.
Peque, Joan Jordán y la competencia interna
Sobre Peque, Almeyda se mostró especialmente satisfecho: «Esperó, se preparó, entró de a poco y se ganó el puesto». Lo describió como un jugador con lectura del juego, compromiso defensivo y —sobre todo— sacrificio. Para el técnico, representa el tipo de futbolista que crece desde el orden, la paciencia y la valentía para competir cada día.
Del mismo modo, habló de Joan Jordán. Llevaba meses sin jugar, con una operación de por medio y una pretemporada distinta. Por eso entiende que sus primeras acciones fueran irregulares. Aun así, destacó «pases excelentes» y una evolución clara. «Puede aportar muchísimo», dijo, respaldando al jugador en lo futbolístico y lo mental.
Almeyda dejó claro que la competencia seguirá siendo alta. «Han jugado todos y será así hasta el final», afirmó. En un vestuario que necesita ritmo y confianza, la lucha interna por minutos se convierte en una de las grandes batallas del equipo.
La idea del entrenador es simple: más competencia, más rendimiento; más rendimiento, más estabilidad; más estabilidad, más equilibrio para pelear cada partido con opciones reales.
El juego del Sevilla: errores, ajustes y una búsqueda constante
Al analizar el rendimiento colectivo, Almeyda fue claro. «El problema es concretar y que no te conviertan». Para él, la diferencia entre un partido sólido y uno irregular suele estar en los detalles. Y ahí, insiste, es donde el Sevilla debe dar un salto.
Reconoció fallos recientes: pérdidas en zonas claves, desorden en transiciones, irregularidad entre bloques. Pero también recordó que el equipo ha creado ocasiones, ha atacado con frecuencia y ha probado múltiples variantes tácticas. «Jugamos con cinco, con dos, mano a mano… buscamos el equilibrio», explicó.
Sabe que la crítica aparece cuando los resultados no acompañan, pero pone el foco en la continuidad del trabajo. «La perfección no existe», dijo, subrayando que los errores son parte del riesgo. Lo importante es corregir sin perder la valentía para seguir intentando lo que el partido exige.
También marcó un punto clave: «Necesitamos puntos. No hay excusas». El Sevilla está inmerso en una Liga ajustada, con varios equipos peleando por el mismo objetivo. Cada jornada es una batalla, y Mestalla será una prueba de fuego para medir el verdadero nivel actual del equipo.
Almeyda cerró con un mensaje de responsabilidad colectiva, consciente de que su Sevilla necesita completar un partido sólido para recuperar confianza y empezar a sumar con continuidad.
