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El municipio de El Madroño, el más pequeño de la provincia de Sevilla, ha alcanzado en 2025 la cifra más baja de población desde que existen registros oficiales, con 288 habitantes, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). El dato aparece en la serie anual publicada por el organismo, donde se aprecia un descenso respecto al año anterior, cuando el municipio contabilizaba 305 vecinos.

La evolución reciente muestra leves variaciones en torno a los 300 habitantes: 299 en 2021, 290 en 2022, 297 en 2023 y 305 en 2024, antes del descenso registrado en 2025. La serie histórica del INE, que recoge datos desde 1930, confirma que nunca antes el municipio había bajado de la barrera de los 300 habitantes. En 1930, El Madroño tenía 1.175 habitantes, y desde entonces la población ha descendido progresivamente: 931 en 1940, 832 en 1950, 863 en 1960, 618 en 1970, 482 en 1981, 410 en 1991, 379 en 2001, 322 en 2011 y 299 en 2021. Con los 288 habitantes de 2025, El Madroño registra así el valor más bajo de toda la serie oficial conocida.
Ubicado en la Vía de la Plata y rodeado de un entorno natural característico de Sierra Morena, El Madroño debe su nombre a la presencia abundante de madroños en sus alrededores. El poblamiento del territorio está documentado desde tiempos prehistóricos gracias a hallazgos como los grabados rupestres del Cerro de El Riscal, considerados entre los petroglifos más relevantes de la provincia de Sevilla. La zona estuvo vinculada históricamente a rutas de comunicación y a actividades mineras, agrícolas y ganaderas, con registros de presencia tartésica, fenicia y romana, incluida la aparición de monedas de la época de Trajano.
La configuración actual del municipio se consolidó tras la repoblación cristiana y su posterior segregación de El Castillo de las Guardas en 1921. Desde entonces, El Madroño se organiza junto a sus cuatro aldeas —El Álamo, Juan Antón, Juan Gallego y Villagordo—, y conserva elementos patrimoniales y tradiciones locales como las fiestas de las Cruces o la devoción a San Blas, además de espacios naturales destacados como el Monumento Natural de la Encina de los Perros o los parajes del Cerro de El Riscal.
