- Programación completa de la V Semana de la Filosofía de Salteras: un viaje desde Platón hasta la inteligencia artificial
- Hasta un 100% de probabilidad de lluvia este miércoles en Sevilla, con aviso amarillo por tormentas y viento
Cuando el calor da tregua y las primeras lluvias tiñen de verde y ocre la Sierra Norte, el otoño se convierte en la mejor época para redescubrir la naturaleza de Sevilla con rutas de senderismo. Caminos que huelen a tierra mojada, arroyos que despiertan tras el verano y montes que cambian de color son el escenario perfecto para una escapada.
La provincia de Sevilla guarda auténticos tesoros naturales a menos de dos horas de la capital. Desde bosques de castaños hasta antiguas minas convertidas en paisajes monumentales, estas rutas combinan historia, paisaje y calma.
Ruta de los Castañares y Castillo de Constantina

Constantina, una de las joyas de la Sierra Norte, ofrece un recorrido otoñal de los que dejan huella. La Ruta de los Castañares discurre entre densos bosques donde los castaños, robles y alcornoques se tiñen de dorado y cobre con la llegada del frío. Es un sendero circular de dificultad media, de unos 8 kilómetros, que parte del pueblo y asciende suavemente hasta el mirador del Castillo de Constantina, desde donde se contemplan unas vistas panorámicas de toda la sierra.
Durante el recorrido se pueden ver antiguas huertas, muros de piedra cubiertos de musgo y cortijos tradicionales, además de disfrutar del frescor del aire serrano. Este entorno combina naturaleza, patrimonio y el encanto de un pueblo con historia, ideal para pasar el día entre naturaleza y cultura.
Bosque Galería del Huéznar

A lo largo del curso del río Huéznar, entre San Nicolás del Puerto y la zona de las Cascadas del Huéznar, se encuentra uno de los paisajes más emblemáticos de la Sierra Norte. Este sendero transcurre entre álamos, sauces y alisos, formando un auténtico túnel verde que se vuelve aún más mágico en otoño, cuando las hojas caídas tapizan el camino.
El murmullo constante del agua acompaña al visitante, mientras el río dibuja pozas y saltos que reflejan el cielo entre ramas doradas. Es un itinerario apto para todos los públicos, ideal para familias y amantes de la fotografía. Además, el recorrido puede completarse con una parada en las famosas Cascadas del Huéznar, declaradas Monumento Natural, donde el agua y la luz crean un paisaje de postal.
Cerro del Hierro, el paisaje minero más singular

En pleno corazón del Parque Natural Sierra Norte, el Cerro del Hierro es un lugar único donde la naturaleza y la historia industrial se dan la mano. Este Monumento Natural fue en su día una mina de hierro explotada por romanos y británicos, y hoy sus formaciones rocosas calizas, teñidas por el óxido, ofrecen un paisaje que parece de otro planeta.
El sendero principal, de unos 4 kilómetros, atraviesa túneles, galerías y cortados de piedra, con paneles interpretativos que explican la geología y el pasado minero del lugar. En otoño, la vegetación que crece entre las grietas de la roca aporta un contraste de verdes, rojizos y ocres que intensifican su belleza. Desde los miradores se contemplan vistas impresionantes de la sierra, especialmente al atardecer. Es un recorrido corto, pero de gran valor paisajístico y educativo.
Ruta del Arroyo de las Cañas (El Pedroso)

A las afueras de El Pedroso, esta ruta es perfecta para quienes buscan tranquilidad. El sendero sigue el curso del Arroyo de las Cañas, un cauce que serpentea entre dehesas de encinas y alcornoques, con zonas de pasto donde pastan ovejas y vacas en libertad. El camino, de unos 10 kilómetros, es sencillo y accesible, con tramos de sombra que invitan a disfrutar sin prisas.
En otoño, los campos se llenan de humedad y el agua del arroyo recupera su protagonismo tras los meses secos del verano. Los sonidos del campo —el viento entre las hojas, los pájaros, el agua corriendo— acompañan durante todo el trayecto, que se puede completar en unas tres horas. Es ideal para quienes buscan desconexión y naturaleza sin alejarse demasiado de Sevilla.
Vía Verde de la Sierra Norte

Esta antigua línea ferroviaria, hoy convertida en sendero, recorre más de 15 kilómetros entre bosques, túneles y viaductos. La Vía Verde de la Sierra Norte conecta antiguas estaciones y minas abandonadas, ofreciendo una combinación de historia y naturaleza difícil de igualar.
El recorrido es llano y apto tanto para caminantes como para ciclistas. A lo largo del camino, el viajero atraviesa espectaculares pasarelas sobre arroyos y disfruta de panorámicas que se tiñen de dorado durante el otoño. En sus márgenes, los encinares y matorrales mediterráneos acogen fauna como ciervos, jabalíes y aves rapaces, lo que hace de esta ruta una experiencia perfecta para los amantes del senderismo y la observación de la naturaleza.
