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El Cortijo cerealista de Luchena, ubicado en el término municipal de Mairena del Alcor, se encuentra en un avanzado estado de deterioro que podría situarlo próximamente en la Lista Negra del Patrimonio, la categoría que recoge los bienes ya destruidos o irrecuperables.
El edificio, incluido actualmente en la Lista Roja del Patrimonio elaborada por la asociación Hispania Nostra, es uno de los pocos ejemplos que se conservan en la provincia de Sevilla de la arquitectura rural cerealista tradicional, representativa de la actividad agrícola que predominó durante siglos en la comarca de Los Alcores.


Un ejemplo de arquitectura agraria tradicional
El cortijo fue concebido como una explotación dedicada al cultivo de cereal, con las dependencias típicas de este tipo de construcciones: una zona residencial y otra destinada al almacenamiento, los corrales y los espacios de trabajo.
Según los registros históricos, la propiedad estuvo vinculada a la Orden de San Francisco y formó parte de los repartimientos agrícolas tras las desamortizaciones del siglo XIX. Su emplazamiento, próximo al arroyo de Alconchel, le confería un valor estratégico dentro del paisaje agrícola de la zona.
Un bien patrimonial en riesgo
La ficha de Hispania Nostra señala que el Cortijo de Luchena se encuentra en ruinas y sin uso, conservando únicamente algunos muros de tapial en pie. Las cubiertas están derruidas y la vegetación se ha extendido por los antiguos patios y zonas de labor, lo que agrava su deterioro estructural.
El avance del deterioro es tan acusado que el inmueble podría pasar próximamente a la Lista Negra del Patrimonio, si no se llevan a cabo actuaciones de consolidación o protección. Este cambio supondría la pérdida definitiva de uno de los escasos vestigios de arquitectura cerealista que aún perduran en el municipio.
Llamada a la conservación
La inclusión del cortijo en la Lista Roja implica una advertencia pública sobre su fragilidad y la necesidad de actuar para evitar su desaparición. La conservación de este tipo de bienes no solo tiene un interés arquitectónico, sino también etnológico y cultural, al formar parte de la identidad histórica del territorio.
El caso del Cortijo de Luchena refleja una situación generalizada en la provincia de Sevilla, donde numerosas haciendas, cortijos y molinos tradicionales se encuentran abandonados o en proceso de ruina. Organizaciones como Hispania Nostra insisten en que la falta de intervención institucional y de proyectos de reutilización está acelerando la desaparición de una parte significativa del patrimonio rural andaluz.
