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A poco más de una hora de Sevilla se encuentra uno de los paisajes más sorprendentes de Andalucía: el Paisaje Protegido de Río Tinto, en la provincia de Huelva. Sus aguas rojizas, casi imposibles de creer a simple vista, han convertido a este lugar en un laboratorio natural que recuerda más a Marte que a la Tierra.
El río Tinto debe su color al alto contenido en hierro y sulfuros de sus aguas, resultado de millones de años de actividad minera en la zona. El contraste entre el rojo intenso del agua y el verde de los pinares que lo rodean crea un espectáculo visual único, casi irreal.
Desde 2005, un tramo de 57 kilómetros del cauce y sus márgenes está catalogado como Paisaje Protegido, abarcando los municipios de Berrocal, Nerva y Zalamea la Real. El objetivo es conservar este ecosistema tan especial, donde apenas prospera la vida pero que guarda una extraordinaria riqueza científica.
La rareza del río Tinto ha despertado el interés de investigadores de todo el mundo. Incluso la NASA ha realizado estudios aquí para comprender cómo podría desarrollarse la vida en ambientes extremos similares a los de Marte. Al mismo tiempo, se ha convertido en un reclamo turístico: rutas senderistas, miradores y antiguas explotaciones mineras permiten a los visitantes adentrarse en un entorno que parece sacado de una película de ciencia ficción.
Aunque muchos lo desconocen, este “paisaje marciano” no está en un desierto remoto ni en un planeta lejano, sino en plena Sierra de Huelva, muy cerca de Sevilla. Una joya natural y científica que demuestra que, a veces, los lugares más extraordinarios se encuentran más cerca de lo que pensamos.
