El Ayuntamiento de Almonte ha aprobado la implantación de la zona azul en Matalascañas, lo que obligará a pagar por aparcar a todos aquellos que no estén empadronados en el municipio onubense a partir del verano de 2026. Esta medida ha salido adelante de forma definitiva a pesar de la negativa de sus vecinos y muchos sevillanos que veranean en la zona cada año.
La medida entrará en vigor durante la temporada alta —aproximadamente entre el 15 de junio y el 15 de septiembre— y diferenciará entre residentes y visitantes. Los vecinos censados en Almonte, El Rocío y Matalascañas contarán con tarifas reducidas e incluso exenciones, mientras que los propietarios de segundas residencias, en su mayoría sevillanos, deberán afrontar el pago completo.
El contrato, adjudicado a la empresa Dornier por un periodo de 30 años, contempla una inversión en asfaltado y señalización, además de un canon de 2,1 millones de euros al Ayuntamiento. Desde el Consistorio defienden la medida como una herramienta necesaria para «regular el tráfico y mejorar la seguridad» en una zona que cada verano se ve colapsada por la llegada masiva de vehículos.
Sin embargo, la iniciativa ha levantado una fuerte polémica. Asociaciones de propietarios, muchos de ellos sevillanos, denuncian que la zona azul es «discriminatoria» y cuestionan su legalidad, al no haberse aprobado aún una ordenanza con las tarifas exactas. La oposición municipal comparte esas dudas y advierte de que el sistema puede generar un conflicto jurídico y social.
Con esta decisión, Matalascañas se suma a la lista de destinos costeros andaluces con estacionamiento regulado, lo que supondrá un cambio significativo para miles de sevillanos que cada verano eligen esta playa como destino vacacional.
