- Las espectaculares tostadas de carne mechada y manteca colorá casera que solo están en esta pedanía de Sevilla
- Las inigualables tostadas de carne mechá con salsa que solo puedes encontrar en este bar de Sevilla
En plena A-92, a la altura de Lora de Estepa, hay una venta de carretera que ha hecho de la tradición su mejor carta de presentación: Venta El Hacho. Famosa por ser parada obligatoria de camioneros y viajeros, este establecimiento se ha ganado un hueco en el imaginario popular por una costumbre tan simple como llamativa: servir la zurrapa en jarra.
Lo que en la mayoría de bares aparece en un pequeño cuenco o directamente sobre la tostada, aquí se presenta en un recipiente generoso que se deja en la mesa como si fuera vino o cerveza. A partir de ahí, los comensales solo tienen que preparar el pan —molletes recién tostados, por supuesto— y dejarse llevar por la contundencia del bocado.
Este gesto, tan práctico como simbólico, ha convertido a El Hacho en un sitio de culto gastronómico de carretera. La jarra de zurrapa ha viajado de boca en boca, mencionada en redes sociales y reseñas, hasta convertirse en una anécdota conocida entre transportistas y curiosos que buscan experiencias diferentes.
Lo curioso es que esta costumbre no responde a una estrategia de marketing, sino a la manera más práctica y generosa de compartir la zurrapa entre varios comensales. En lugar de raciones individuales, una jarra llena garantiza que no falte en la mesa y que cada uno pueda servirse a su gusto.
En tiempos en los que lo pintoresco se vuelve viral, esta jarra de zurrapa se ha convertido en un pequeño icono gastronómico de la Sevilla de carretera: un recordatorio de que los sabores más auténticos no siempre están en los manteles largos, sino en las paradas inesperadas que terminan dejando huella.
