La histórica verja que separa Gibraltar de La Línea de la Concepción tiene los días contados. Los gobiernos de España y Reino Unido han pactado su demolición para enero de 2026, siempre que en diciembre de este año se ratifique el texto legal que ultima el nuevo marco de relaciones tras el Brexit.
El anuncio supone un cambio de época para los habitantes del Campo de Gibraltar. La valla, que durante décadas simbolizó la división y ha generado largas colas para los miles de trabajadores que cruzan a diario, será sustituida por un sistema de cooperación transfronteriza. Según lo previsto, desaparecerán los controles en la frontera terrestre y, a cambio, se implantarán verificaciones conjuntas en el puerto y el aeropuerto de Gibraltar, al estilo del modelo Eurostar.
El acuerdo responde a una necesidad práctica: cada día unas 15.000 personas se desplazan entre La Línea y el Peñón, lo que ha provocado históricamente atascos, tensiones y reclamaciones tanto de ciudadanos como de empresarios. Con la nueva fórmula, se espera agilizar el tránsito y dar estabilidad jurídica a una relación marcada durante años por la incertidumbre.
En el plano político, la medida es fruto de un compromiso alcanzado en junio entre España, Reino Unido, Gibraltar y la Unión Europea, pendiente aún de concreción en un tratado vinculante. Para el Gobierno español, el fin de la verja refuerza la idea de una zona de prosperidad compartida, mientras que para Londres y Gibraltar garantiza que el Peñón mantenga su particular relación con la UE sin quedar aislado.
Desde el ámbito local, el alcalde de La Línea, José Juan Franco Rodríguez, ha celebrado la noticia como una oportunidad para el desarrollo económico y social, aunque ha reclamado información detallada sobre cómo afectará al urbanismo y a la vida cotidiana de sus vecinos.
