Cada 15 de agosto, las orillas del Guadalquivir en Coria del Río se iluminan con cientos de faroles flotantes que se alejan suavemente por la corriente. No es una fiesta local cualquiera: se trata del Toro Nagashi, una ceremonia japonesa que, aunque tradicionalmente se celebra en ríos y costas del país nipón, ha encontrado en este municipio sevillano un escenario único en Europa.
El ritual, cuyo nombre significa literalmente «linternas que fluyen», tiene un origen espiritual. En Japón, forma parte de la festividad del Obon y simboliza el regreso de las almas al más allá, guiadas por la luz de las lámparas de papel. En Coria del Río, esa luz se mezcla con el reflejo dorado del atardecer andaluz y con la historia de un pueblo que mantiene un vínculo especial con Japón desde que el samurái Hasekura Tsunenaga llegó aquí en el siglo XVII.
La ceremonia comienza al caer la tarde, junto al Yashiro en Orilla, un monumento diseñado por el artista japonés Kiyoshi Yamaoka. Los asistentes escriben en las linternas mensajes de recuerdo o deseos personales, colocan en su interior una pequeña vela y las depositan sobre el agua. A las 20:30, el Guadalquivir se convierte en un río de luces en movimiento, uniendo en una misma imagen el recogimiento, la belleza y la convivencia de culturas.
Desde que se celebró por primera vez en 2017, el Toro Nagashi de Coria ha crecido en participación y proyección internacional. Hoy atrae a miles de visitantes, y este año contará con la presencia del embajador de Japón en España, Takahiro Nakamae. Entre faroles, música y silencio compartido, Coria del Río vive cada año una noche en la que Japón y Andalucía se reconocen en la luz que navega sobre su río.
