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Cuando las temperaturas en la provincia se disparan, la mayoría de la gente piensa en playas abarrotadas o en las piscinas municipales. Sin embargo, la provincia de Sevilla guarda un puñado de piscinas naturales poco conocidas y muy tranquilas, perfectas para los que buscan algo más que un chapuzón: naturaleza, calma y la sensación de haber descubierto un pequeño secreto. Aquí te contamos dónde encontrar estas joyas escondidas.
Embalse de Cala: el gran espejo de agua escondido

En el límite con Huelva y muy cerca de Guillena, el Embalse de Cala —también llamado Lagos del Serrano— es uno de esos lugares donde el tiempo parece ir más despacio. Rodeado de dehesas y montes bajos, sus aguas tranquilas invitan tanto a un baño relajante como a practicar kayak o paddle surf. A diferencia de otros embalses más concurridos, aquí se respira silencio, roto solo por el canto de las aves o el chapoteo de algún pez. Ideal para pasar el día sin prisas, con una nevera portátil y un buen libro.
Parque Fluvial Majadallana: las pozas del Siete Arroyos

Villaverde del Río guarda un secreto que muchos sevillanos aún desconocen: el Parque Fluvial Majadallana, conocido también como «Las Calderas». Se trata de un tramo del río Siete Arroyos donde el agua forma pozas naturales rodeadas de vegetación exuberante.
El entorno es agreste y auténtico: no esperes chiringuitos ni hamacas, pero sí sombra, frescor y el murmullo del agua corriendo. Un lugar perfecto para quienes disfrutan de lo natural tal cual es.
Embalse de José Torán: calma entre encinas

Situado entre Constantina, Lora del Río y La Puebla de los Infantes, el Embalse de José Torán ofrece un paisaje de encinas y algarrobos que bien podría servir de escenario para una película de vaqueros. La zona de baño está delimitada y es accesible, pero el flujo de visitantes suele ser bajo, lo que garantiza un ambiente sereno. Además, es un lugar perfecto para combinar el baño con actividades como senderismo o pesca deportiva.
Pantano del Pintado: la gran sombra de la Sierra Norte

Junto a Cazalla de la Sierra, el Pantano del Pintado es un clásico de la Sierra Norte, pero mucho menos concurrido que lugares como Isla Margarita. Tiene merenderos, zonas arboladas y rincones desde los que disfrutar de una panorámica impresionante del embalse. La clave para encontrarlo tranquilo es evitar los fines de semana de julio y agosto, cuando los vecinos de la zona también se acercan a pasar el día.
Charco del Infierno: la piscina natural más misteriosa

El nombre ya despierta curiosidad. El Charco del Infierno se encuentra en el término municipal de El Pedroso, en la Sierra Norte de Sevilla, y está formado por una garganta tallada por el río Retortillo. Rodeado de vegetación frondosa y sin infraestructuras turísticas, ofrece un ambiente prácticamente virgen, ideal para quienes buscan desconectar del mundo.
