La Torre del Oro se iluminó de verde tras la derrota del Real Betis en la final de la Conference League frente al Chelsea en Breslavia. El mensaje no fue de celebración, sino de orgullo. El emblemático monumento hispalense rindió homenaje al coraje verdiblanco con un gesto silencioso pero elocuente después de una cita histórica para los aficionados béticos, a pesar del abultado 1-4.
La iluminación no pretendía maquillar la tristeza, sino subrayar el vínculo indestructible entre el equipo y su gente. En una ciudad donde cada piedra tiene memoria, la Torre del Oro brilló como un faro que recordaba a todos los aficionados del Real Betis aquello que trasciende por encima de cualquier resultado: una fe inquebrantable. Y aunque el trofeo no llegó a Sevilla desde Polonia, un solo grito volvió a escucharse entre las calles de la capital: «¡Viva el Betis manquepierda!».