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Conforme avance la semana, la probabilidad de que el albero del Real se convierta en barro será cada vez mayor, según las estimaciones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). El júbilo de la Feria de Abril de Sevilla, protagonizado por el rebujito, las interminables sevillanas en las agolpadas casetas o los cacharritos para los más pequeños, encuentra en la lluvia su gran enemigo.
Hasta el miércoles, que solo sufrirá algunos «intervalos nubosos», parece ser que el cielo estará calmado. Pero, a partir de entonces, en un ritmo in crescendo, las previsiones indican lo contrario, siendo el domingo el día que corre más riesgo, el día de la clausura, que reúne a las familias para despedir la semana en torno a los fuegos artificiales.
La jornada del jueves estará acechada por un 40 % de probabilidad de precipitación hasta las 12 de la mañana, y por por un 45 % desde dicha hora hasta el final de la noche, con unas temperaturas mínimas de 11 grados y unas máximas de 21. Para este día, la estimación meteorológica es de «intervalos nubosos con lluvia escasa». El viernes, la probabilidad aumenta hasta el 65 %, siendo igualmente 11 los grados mínimos, pero con un incremento de la temperatura máxima, que se estima en 24 grados.
La probabilidad de precipitación sigue subiendo para el sábado, día en que se sitúa en un 70 % y para el cual la lluvia se pronostica igualmente «escasa», con unas temperaturas mínimas de 13 grados y unas máximas de 24. Y, para el domingo, día en que a las doce de la noche la ciudad pone punto y final a la fiesta, los datos estimados son los siguientes: la mayor probabilidad de precipitación de toda la Feria, un 85 %, y unas temperaturas mínimas y máximas que no distan mucho del resto de la semana, 11 y 22 grados, respectivamente.
En resumen: la lluvia parece que dejará tranquila al Real en sus primeros días, y que será a partir del miércoles cuando los paraguas cobren protagonismo, sobre todo el domingo, a la espera de quién dirá la última palabra, si la pirotecnia o las gotas de agua.
