El Puente del Dragón, ubicado en Alcalá de Guadaíra, ciudad de la provincia de Sevilla, es considerado el único puente figurativo de Europa. A diferencia de otros puentes que incorporan elementos decorativos o simbólicos, este puente adopta por completo la forma de un dragón, convirtiéndose en una figura reconocible en sí misma y no solo en una estructura funcional.

Inaugurado en 2007, el puente fue diseñado por el ingeniero José Luis Manzanares Japón. Su forma representa el cuerpo de un dragón que cruza el río Guadaíra: cabeza, ojos, escamas, lomo y cola. Todo el trazado del puente responde a una concepción escultórica, en la que la infraestructura deja de ser neutra para convertirse en una figura zoomórfica completa. Se recurre al trencadís —mosaico de fragmentos cerámicos— para dar textura y color a las escamas del dragón.

El uso del término «figurativo» responde a su sentido arquitectónico y artístico: el puente no es una obra abstracta ni un diseño convencional con añadidos estéticos, sino una representación directa de un ser vivo. Es un dragón que actúa como puente. En este sentido, no existen otros ejemplos en Europa de puentes cuya forma general represente una figura animal reconocible de forma tan literal y completa.

Aunque en el continente hay puentes catalogados como temáticos, artísticos o simbólicos, todos conservan la estructura básica de un puente tradicional. El Puente del Dragón rompe con esa lógica y se sitúa como una obra única dentro del panorama europeo. Además de su función como paso entre márgenes, el puente se ha consolidado como un elemento distintivo de la ciudad y un atractivo turístico por su carácter excepcional.