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Europa en 2025 puede y debe tomar las riendas de su propio destino simplificando los procesos de toma de decisiones y ampliando competencias. Es la única forma de que, con celeridad, la UE se enfrente a los grandes retos globales como la inmigración, o el cambio climático, mientras se encuentra, literalmente, a medio camino entre los dos grandes gigantes del comercio planetario: EEUU y China.
A todo ello, hay que sumar que en febrero se cumplirán tres años de la guerra en Ucrania, a quien apoya Europa de forma incondicional, y más de un año del conflicto armado genocida en Oriente Medio. Una encrucijada en la que si la Unión Europea no encuentra la forma de modificar tratados y apostar por otras aritméticas que no circunscriban el futuro del club de los 27 a la unanimidad para avanzar en terrenos como defensa, competencia o fiscalidad, estaremos perdidos.
Europa, Ucrania y 2025
En el último Consejo Europeo celebrado el pasado 19 de diciembre, se resaltó que en este año que acaba de empezar se espera que los desembolsos con cargo al Mecanismo para Ucrania alcancen los 12.500 millones de euros. Además, el Consejo Europeo acogió con satisfacción la rápida aplicación de la iniciativa del G7 .«Préstamos de aceleración de los ingresos extraordinarios en favor de Ucrania», en torno a 45.000 millones euros para apoyar las necesidades actuales y futuras de Ucrania en materia militar, presupuestaria y de reconstrucción. En el marco de esta iniciativa, la Unión Europea tiene previsto iniciar los desembolsos en enero, hasta un total de 18.100 millones a lo largo de todo 2015.
Así, la UE se muestra tajante en esta batalla, reafirmando «la determinación inquebrantable de la Unión Europea de seguir prestando apoyo político, financiero, económico, humanitario, militar y diplomático a Ucrania y a su población durante el tiempo que sea necesario y con la intensidad que se precise. Rusia no debe vencer», recoge el texto del 19 de diciembre.
La UE en el mundo
Como actuación consecutiva al informe presentado por Sauli Niinistö sobre el refuerzo de la respuesta y la preparación civil y militar de Europa, el Consejo Europeo reafirma la importancia y la urgencia de reforzar «la resiliencia, la preparación y las capacidades de prevención de crisis y de respuesta a estas en el contexto de un panorama de amenazas en evolución y del aumento de catástrofes naturales debido al cambio climático y la degradación medioambiental».
Es necesario pues mejorar y coordinar la preparación militar y civil y la gestión estratégica de crisis, con un planteamiento que contemple todas las amenazas y que abarque a la sociedad en su conjunto. Esto debe llevarse a cabo en sinergia con la OTAN, cuando proceda, de manera inclusiva y no discriminatoria, sin perjuicio del carácter específico de la política de seguridad y defensa de determinados Estados miembros y teniendo en cuenta los intereses de seguridad y defensa de todos los Estados miembros. Esta nueva mentalidad de preparación es necesaria para reforzar la resiliencia de la UE, proteger sus valores, salvaguardar su éxito económico y su competitividad y propiciar su adaptación al cambio climático.
El reto de la inmigración: entre la legislación y la humanidad
La UE se centra ahora mismo en la lucha contra la migración irregular, también mediante nuevas modalidades que estén en consonancia con el Derecho internacional y de la UE; los esfuerzos urgentes para facilitar, aumentar y acelerar los retornos; los países de origen seguros; la lucha contra la instrumentalización, la trata y el tráfico ilícito de personas, y las vías seguras y legales conformes con las competencias nacionales.
El Consejo Europeo de diciembre acogió con satisfacción «la intención de la Comisión de presentar una propuesta legislativa sobre los retornos a principios de 2025 y pide a los colegisladores que avancen con carácter prioritario en los expedientes que tengan una dimensión migratoria.
Presidencia polaca del Consejo de la UE
Con el nuevo año también comienza la presidencia rotatoria de seis meses de Polonia en el Consejo de la Unión Europea que, en consonancia con el Consejo Europeo ha marcado las siguientes prioridades en agenda hasta junio de 2025:
- defensa y seguridad;
- protección de las personas y las fronteras;
- resistencia a las injerencias extranjeras y a la desinformación;
- garantía de seguridad y libertad de empresa;
- transición energética;
- un sector agrícola competitivo y resiliente;
- seguridad sanitaria.