Miles de seguidores del ex presidente brasileño, Jair Bolsonaro, han asaltado este domingo las sedes del Congreso, de la Presidencia y del Tribunal Supremo en Brasil. Los bolsonaristas reclaman una intervención para derrocar a Luiz Inácio Lula da Silva del poder, que tomó posesión hace una semana.

Los manifestantes llegaron a las sedes de poder en Brasilia desde el Cuartel General del Ejército, a nueve kilómetros, donde están acampados desde que Bolsonaro perdiera las elecciones hace dos meses.

Los extremistas, ataviados con camisetas amarillas y verdes y banderas de Brasil, se niegan a aceptar la victoria de Lula en las pasadas elecciones del mes de octubre. Este asalto supone un gran desafío para el nuevo presidente, que no ha visto recuperado el orden hasta las 17:00 horas, cuando la Policía ha tomado el control de la sede del Tribunal Supremo. Las cámaras del Congreso y el Palacio de Planalto, sede de la Presidencia, seguían invadidas.

El ministro de Justicia, Flávio Dino, ha enviado un tuit en el que dice: «Este absurdo intento de imponer la voluntad por la fuerza no prevalecerá. El Gobierno del Distrito Federal asegura que habrá refuerzos. Y las fuerzas a nuestra disposición están trabajando. Estoy en la sede del Ministerio de Justicia». Asimismo, otros gobernadores también han condenado los actos antidemocráticos protagonizados por los elementos más extremistas del bolsonarismo.