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Más de 50 personas con dificultades de inserción sociolaboral conseguirán empleo gracias a quince proyectos de emprendimiento social.

Acción contra el Hambre puso en marcha en 2014 el Programa de Emprendimiento Social para ONG con el fin de capacitar a entidades sociales, la creación de empresas sociales con las que obtener ingresos para sostener su actividad, aumentar su impacto social y generar empleo en personas en riesgo de exclusión sociolaboral.

La responsable del Programa de Emprendimiento Social para ONG, Gloria Rodríguez, ha explicado para Sevilla Actualidad que “el programa ha consistido en un año, en el que se ha formado y asesorado a las entidades para que aprendieran a identificar y analizar necesidades de la población andaluza y generar una idea de negocio”.

“Son proyectos que nacen de organizaciones sociales locales de Andalucía que han detectado necesidades en sus barrios, distritos… y que, por tanto, buscan mejorar la vida del vecino, de quien se tiene más cerca”, ha explicado hoy en Sevilla Luis González, director de Acción Social en España y Cooperación Descentralizada de Acción contra el Hambre, en un acto de presentación de todos los negocios creados.

Una treintena de entidades iniciaron el proceso y 17 de ellas, las que tenían más definida la idea de negocio, han seguido hasta el final. 15 han creado ya su proyecto de emprendimiento social. Según Rodríguez, se esperan crear 50 puestos de trabajo a medio plazo, siendo necesario, la consolidación de éstos en cuanto a capacidad de gestión y apoyo del ecosistema de emprendimiento social. “Pero el beneficio no sólo se mide por los puestos de trabajo creados, sino por el beneficio social que van a tener estas empresas, cubriendo necesidades hasta ahora no satisfechas”.

Estos proyectos destacan por su creatividad e innovación con la que pretenden dar solución a necesidades sociales. Así, la asociación Aire, de Córdoba, ha puesto en marcha pisos compartidos para atender a personas de la tercera edad con bajos recursos. O la asociación Mujeres Supervivientes ha creado la cooperativa Le Vin Violette de etiquetado y distribución de vinos como una salida a la violencia de género.

Otras empresas se caracterizan porque le han dado la vuelta a las limitaciones propias de la exclusión para transformarlas en ventajas competitivas. Es el caso de la asociación AMSA, de Málaga, que trabaja por las personas con síndrome de Asperger y Autismo y que ha creado Anmimova Tech, una empresa de gestión documental, tarea que requiere minuciosidad y extrema atención que van a desarrollar personas con Asperger, que precisamente tienen esa cualidad.

Estos proyectos cuentan con la financiación del Fondo Social Europeo a través del Programa Operativo de Lucha contra la Discriminación 2007-2013 y “otros apoyos como el del Ayuntamiento de Sevilla, que nos cede gratuitamente los espacios para que desarrollemos las actividades” ha explicado Gloria.

Le Vin Violette, la cooperativa de las mujeres libres

Uno de los proyecto ha sido llevado a cabo por el equipo de Mujeres Supervivientes. Formado por mujeres con edades comprendidas entre los 19 y los 54 años, víctimas de la violencia de género algunas y otras expertas en la atención e intervención con mujeres que viven la violencia machista.

Le Vin Violette, consiste en el etiquetado, venta y distribución de vinos ecológicos bajo la marca de Le Vin Violette, vinos producidos por diferentes bodegas de agricultura ecológicade todo el país, pero tienen la sede en Sevilla.

Este proyecto permite superar la violencia de género vivida, generar una oportunidad para la sostenibilidad económica, la independencia y autonomía, a través de empleos dignos, salir de la pobreza y exclusión social, desarrollo del propio proyecto vital y profesional, desarrollo de la red de apoyo mutuo entre mujeres, generar una conciencia política y de implicación social.