Olga es una ucraniana residente en Sevilla que cada hora que pasa se muestra «más y más preocupada». Sus padres y hermana viven en Irshansk, en un pueblecito al oeste de Ucrania. «Las bombas ya se han oído en mi casa», explica Olga para Sevilla Actualidad, «pero no puedo sacar a mi familia porque mi padre que tiene 55 años, en cualquier momento, puede ser llamado a filas para combatir contra Rusia, como ya le ha sucedido a un amigo nuestro de 50». «Mi padre de 55 años podría salir a combatir en Ucrania en cualquier momento». Una realidad que pone de manifiesto la inferioridad militar de Ucrania frente a Rusia, ya que el país invadido pide a su población civil sumarse al ejército.
Con el corazón dividido y las noches en vela, esta ucraniana profesora de Inglés en un colegio de Sevilla, reconoce que apenas duerme porque cada dos horas se comunica con su madre para comprobar que están bien. Por el momento, no deben lamentar daños humanos, «pero estamos muy asustados. Mi familia está preparando puertas y ventanas con mantas y cinta americana y víveres básicos».
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