Les había advertido de que los mataría si contaban a alguien que cultivaba marihuana en casa.
La Guardia Civil ha detenido y puesto a disposición de la Fiacalía de Menores a un joven de 16 años por un delito de amenazas de muerte con arma blanca.
La Guardia Civil recibe una llamada telefónica de una mujer que dice que su hijo adolescente intenta matarla con un gran cuchillo. La mujer, en estado de gran nerviosismo, cuenta a los agentes que se ha refugiado en su coche, con su hijo de ocho años, después de salir huyendo de su casa, pues su hijo ha intentado clavarle el cuchillo tras una discusión.
Rápidamente acude a la dirección indicada, en un pueblo del aljarafe sevillano, una patrulla de la Guardia Civil de que se encontraba prestando servicio por varios municipios. Una vez localizada la madre, que se había encerrado en su vehículo, los agentes intentan calmarla dado el estado de extrema angustia en que se encontraba.
Mientras un agente atiende a la madre e intenta informarse de lo sucedido, otro atiende al hijo de ocho años que ha sido también testigo y víctima. Este agente lleva aparte al menor e intenta, por todos los medios a su alcance, que su mente se olvide de los graves hechos que acaba de vivir, aunque el niño no deja de llorar y llamar a su madre.
La madre y víctima da las llaves de la vivienda familiar al Guardia Civil tras informarle de que su hijo se ha encerrado en la casa y que tiene un cuchillo de los que se usan en jardinería con doble hoja y de gran tamaño.
Los agentes entran en la vivienda por una puerta trasera con gran precaución y ven a un adolescente, sentado en el sofá de la sala de estar, que tiene en su poder un gran cuchillo. Uno de los agentes le pide que se ponga de pie y que entregue el arma a lo que el adolescente se niega y comienza a insultar a su madre y a exigir a los Guardias Civiles que se vayan inmediatamente de su casa. La Guardia Civil, tras forcejear con el joven, lo reduce y consigue quitarle el cuchillo y finalmente calmarlo.
La madre informó a los agentes de que su hijo tenía plantas de marihuana en el patio trasero, a lo que ella se oponía, pero los amenazaba de muerte, tanto a ella como a sus otros dos hijos si decían algo sobre este cultivo ilícito. Una vez inspeccionada la vivienda, la Guardia Civil observa la existencia de gran cantidad de plantas de la citada droga, algunas de casi dos metros de altura, así como tiestos, fertilizantes y utensilios para el mantenimiento y recolección de las plantas. A las preguntas de los agentes, el adolescente dice “que las plantas son suyas y que ni se les ocurra tocarlas, pues ni siquiera deja a su madre que las toque”.
La Guardia Civil, ante la gravedad de los hechos, detiene al joven a quien imputa los supuestos delitos de amenazas de muerte con arma blanca y otro contra la salud pública y lo pone a disposición de la Fiscalía de Menores.