Publicado enLa vuelta de tuerca

Mi primera vez

Tintinean las rodillas. Tintinean el vientre y el ombligo por culpa de los nervios que se aovillan en el estómago, enredándose y desenredándose a su antojo, provocando diminutas descargas eléctricas, como una telaraña ramificada que sacude todo el cuerpo y lo mece en un delirio dulce. Creo que podría desbordarme entera esta noche.