En su columna de esta semana, el autor versa sobre cómo ha crecido y se ha desarrollado occidente, dejando a un lado otras cuestiones derivadas de esta expansión del hombre.

Van pasando los años,

como las catenarias y el balastro,

va cayendo el sol

sobre las plazas y calles

marcando las arrugas

de los cascos urbanos

de todas las ciudades.

Desde el tren se ve

cómo nos expandimos,

como un puñetazo sobre la tierra

el hormigón es nuestra bandera.

El desarrollo es,

ver como aplastamos

la memoria geográfica

y después escribir esta columna.

Ahora sí.

ya

tengo la conciencia tranquila.

Pablo Povedano

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