En su columna de esta semana, el autor versa sobre cómo ha crecido y se ha desarrollado occidente, dejando a un lado otras cuestiones derivadas de esta expansión del hombre.
Van pasando los años,
como las catenarias y el balastro,
va cayendo el sol
sobre las plazas y calles
marcando las arrugas
de los cascos urbanos
de todas las ciudades.
Desde el tren se ve
cómo nos expandimos,
como un puñetazo sobre la tierra
el hormigón es nuestra bandera.
El desarrollo es,
ver como aplastamos
la memoria geográfica
y después escribir esta columna.
Ahora sí.
ya
tengo la conciencia tranquila.