A día de hoy las líneas C2 y C5 de cercanías no existen y las previsiones más cercanas apuntan a que las obras empezarán en 2010

Hasta cuatro años lleva aportando el Ministerio de Fomento partidas presupuestarias a la red de Cercanías de Sevilla. Tras años de demanda de los trabajadores y estudiantes del Parque Tecnológico Cartuja 93, el Gobierno se propuso recuperar la línea C2 de cercanías y abrir una nueva, la C5 hasta Benacazón. Cuatro años de visitas, compromisos y declaraciones en prensa que nunca se han cumplido, ya sea Magdalena Álvarez, o José Blanco.

Carlos Orquín. Uno de los proyectos que más se está alargando en el discurrir de los tiempos de Sevilla es la ampliación de la red de cercanías. Un proyecto que ha sido poco discutido, con al parecer, bastantes intenciones de llevarse a cabo desde que se conoció, pero que nunca se realiza a pesar de años y años de inversión.

Noticias en los medios sevillanos ha habido al respecto desde 2006 hasta aquí, y todas en la misma línea: “Fomento invertirá 129 millones en ampliar a 5 líneas la Red de Cercanías”, “Adjudicadas las obras de la Línea C2 de Cercanías”, o “Empieza la obra para recuperar el apeadero de tren del Olímpico”.

El caso es que a día de hoy, en 2009, las líneas C2 y C5 de cercanías no existen y las previsiones más cercanas apuntan a que las obras empezarán en 2010 sin saber cuándo entrarán en servicio finalmente. Las obras se han llegado a acometer, pero se paralizaron y ahora se relanzan como primicia desde el ministerio.

Los inicios del colapso de la Cartuja

La demanda de este servicio comienza  a principios de los 2000 cuando el parque tecnológico, poco a poco, se iba llenando de empresas con cada vez más gente trabajando en la zona.

La Universidad de Sevilla decide ampliar su campus y traslada allí la Facultad de Comunicación en 2004. Además, otros centros de formación privada y dependencias administrativas y policiales iban completando un panorama de falta de aparcamientos, colapsos en los accesos del parque tecnológico y tan sólo dos líneas de autobús abarrotadas: C1 y C2.

Así, en la conciencia de los que por allí se mueven surgió la necesidad de demandar la apertura de un servicio de transporte rápido, a sabiendas de que el metro tardaría muchísimo en llegar. La Universidad y las empresas caen en la cuenta de que el apeadero de la Cartuja, construido para la Expo, estaba allí mismo, abandonado o con malos usos como terraza de verano.

Tan sólo consistía en acondicionarlo y explotar el servicio con trenes. El proyecto no demandaba grandes obras ni inversiones millonarias. Todas las vías estaban hechas y todos los sistemas preparados.

Al mismo tiempo, en otra zona del área metropolitana, en el Aljarafe, van surgiendo las mismas necesidades. Hectáreas y hectáreas de ‘chalés’ adosados iban poblando la cornisa que conocía uno de los crecimientos de población más importantes de España a la vez que más descontrolado. El cercanías aparece por esas fechas también como solución, ya que el metro no cubría todas las expectativas de la zona Aljarafe norte.

Comienzan las quejas: 2005

Las primeras reclamaciones al Ministerio de Fomento llegan en 2005. El presidente del Círculo de Empresarios de Cartuja 93, José González, demandó la utilización del apeadero de Renfe «para bien de todos». Esto sucedió tras una sentencia que condenó al empresario hostelero Jorge Márquez, propietario de Enjoy, a desalojar el antiguo apeadero ferroviario de la Isla de la Cartuja, el cual había estado explotando como terraza de verano. Se consideró «ocupación ilegal» y tuvo que abonar 215.948 euros al Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), propietario de dicho inmueble.

González manifestó que esta infraestructura debía ser aprovechada. «No queremos renunciar a ese apeadero, si lo tuviéramos que hacer no habría dinero para pagarlo, pero dilapidarlo teniéndolo hecho no está bien», manifestó.

Por su parte, la Hispalense hizo lo mismo también en ese año de 2005. La Universidad de Sevilla solicitó a Adif que estudiase la posibilidad de volver poner en funcionamiento el antiguo apeadero ferroviario de la Isla de la Cartuja, a fin de que prestara servicio a la comunidad universitaria de esa zona, con más de 5.000 estudiantes entre las facultades de Ingenieros y Comunicación.

El vicerrector de estudiantes de entonces, Pedro Núñez, explicó que la Hispalense «vería con muy buenos ojos» que esta infraestructura que se construyó para la Exposición Universal de 1992 volviera a utilizarse, puesto que la Cartuja «carece de aparcamientos suficientes» para las personas que estudian o trabajan allí. El Cadus (Consejo de Alumnos de la US), hizo también lo propio insistiendo en la masificación de los autobuses que pasan por allí.

Todos por la ampliación de Cercanías a La Cartuja

Pero no sólo estos colectivos manifestaron la necesidad de esta infraestructura. Además, los empleados de Renfe también insistieron públicamente en los medios para que se reabriera la línea ferroviaria del apeadero de la isla de La Cartuja, ya que, a juicio del presidente de su comité de empresa, Francisco Alfonsín, «sería un buen servicio que llegaría a ser rentable».

Alfonsín indicó que esta petición «forma parte de los planteamientos programáticos del comité de empresa y ya lo veníamos reivindicando desde hace tiempo». Incluso demandó una mayor implicación de otras instituciones, como el Ayuntamiento de la capital hispalense.

En 2006 Magdalena Álvarez como titular del Ministerio de Fomento se comprometió a invertir 129 millones de euros en un proyecto donde ya aparecen definidas las dos líneas, C2 y C5/Sevilla21Finalmente, tras meses de presión en 2005, se llega a un acuerdo con el Ministerio de Fomento. El 9 de octubre de dicho año se publica la primera noticia referida a la reapertura de la línea C2 de Cercanías. Publicada por Europa Press, la noticia rezaba así:

La sociedad Cartuja 93, que gestiona el parque científico y tecnológico de la Isla de la Cartuja, ha llegado a un acuerdo con el Ministerio de Fomento para la reapertura del apeadero de Renfe en los próximos meses, según avanzó el presidente de esta sociedad, José Antonio Viera. En declaraciones a Europa Press, Viera indicó tener «una valoración positiva del Ministerio para ponerlo en marcha cuanto antes», por lo que espera que, tras la readaptación del apeadero, a lo largo del año 2006 se pueda reutilizar”.

A partir de aquí el recorrido de la intención de ampliar la red de cercanías sevillana hasta lo que hay ahora es un sin fin de promesas, noticias, partidas económicas e incluso obras pero que nunca han llegado a demostrar su fruto.

La primera respuesta de Fomento: 2006

En 2006 Magdalena Álvarez como titular del Ministerio de Fomento se comprometió a invertir 129 millones de euros en un proyecto donde ya aparecen definidas las dos líneas, C2 y C5. Tenía un horizonte puesto en unos cuatro años y unas estimaciones de que la demanda crecería más de un 66 por ciento, hasta superar los once millones de viajeros anuales. Así, se preveía que se utilizase por 40.000 personas al día, frente a las 25.000 que se registran actualmente.

Pero esta partida presupuestaria no sería de acción inmediata. No sabemos como se distribuían los “cuatro años” que según Álvarez, se precisaban. De esta manera, durante dos largos años, Cercanías Sevilla permaneció de nuevo en el olvido hasta abril del 2008, cuando se licitaron las obras.

En concreto, se adjudicaron las obras de la primera fase de ampliación del Servicio de Cercanías a la empresa constructora Tecsa. En su tramo de bifurcación La Cartuja-La Cartuja, se contaba con un presupuesto de 612.700,90 euros y un plazo de ejecución de tres meses.

Tecsa confirmó el mismo abril que habían comenzado las obras en el apeadero del Estadio Olímpico, donde incluso se podía ver maquinaria. Las obras, según Adif,  durarían tres meses. Lo que no se conocía es cuándo autorizaría Fomento la puesta en marcha de los trenes por la Cartuja.

Inicio de las obras: 2008

En el mes de julio del mismo 2008 de nuevo el Ministerio de Fomento anunció el inicio de las obras. El presidente del Parque Tecnológico y Científico Cartuja 93, Isaías Pérez Saldaña, anunció que ya habían comenzado las obras para hacer llegar el Cercanías al parque tecnológico, con la intención de llegar a una interconexión con el Metro en Triana. Saldaña declaró entonces que esperaba que el tema de la sostenibilidad del transporte en la Cartuja estuviera resuelto en 2014.

Tras haber recibido por parte de los Presupuestos Generales del Estado de los tres años anteriores, y con algunas obras ya hechas, en este mes de octubre de 2009 se anuncia de nuevo la aportación de otros 66,5 millones de euros, tal y como informó Sevilla Actualidad, hace unos días.

Más financiación en 2010, sin fecha de apertura prevista

Nos encontramos con un proyecto licitado ya dos veces, con un par de inicios de obras y con 129 millones de euros para tan sólo habilitar estaciones y vías que ya estaban hechasEn unas visitas del ministro José Blanco, el Gobierno se comprometió a aportar esa partida para 2010 y agregó que «la voluntad es que una vez que se aprueben los PGE se pueda proceder a la licitación» de los proyectos. De fechas sobre la puesta en marcha se sigue sin saber nada.

Así, nos encontramos con un proyecto licitado ya dos veces, con un par de inicios de obras y con 129 millones de euros para tan sólo habilitar estaciones y vías que ya estaban hechas, tardando más de cuatro años. Sin saber cuándo se abrirán las líneas, los usuarios todavía tienen que esperar más. Seguirán aguantando atascos en la A-49 para bajar a Sevilla, terminarán sus contratos temporales en las empresas donde trabajan o incluso culminarán la carrera que estudian, de momento, sin montarse en el tren que les lleve hasta La Cartuja.

 

www.SevillaActualidad.com