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‘Por una Generación sin VIH’ busca universalizar la prueba rápida para conseguir reducir de manera ostentible el número de afectados por el VIH.

La realidad del VIH

“Tenemos que eliminar ese estigma. Tenemos que conseguir que cada vez que se piense en el VIH o en las personas seropositivas, la imagen no sea la de una muerte cruel y segura.” Son las palabras de Diego García, coordinador de Adhara ante un estereotipo que hoy en día, en menor medida, siga existiendo en la sociedad.

El pasado jueves 14 de febrero, esta ONG sevillana presentaba en sociedad la campaña ‘Por una Generación sin VIH’ con la idea de aunar esfuerzos entre ciudadanos, movimientos asociativos, empresas privadas y administración pública para crear sinergias a la hora de concienciar y sensibilizar sobre el VIH.

Pero la historia de centro comunitario de atención e información sobre el VIH, hepatitis virales y otras Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) de la capital hispalense se remonta hasta 2004 siendo fundada por personas afectadas o afines a la realidad de la enfermedad, VIH, que contaban con una extensa experiencia en servicios de atención y apoyo a personas seropositivas en otras entidades.

Adhara ofrece para ellos atención entre iguales en los hospitales Virgen del Rocío y Virgen Macarena, así como atención especializada en psicología y sexología y asesoramiento sociolaboral. Todo con la idea de cambiar la mentalidad de este tipo de ayuda como “preparación para la muerte, sino que es posible ser seropositivo y llevar una vida completamente digna”.

En la sede de la asociación, Diego incide: “ese gran cambio se da en 1996, con la creación de medicamentos que mezclados entre sí, lo que se llama popularmente ‘cóctel de antiretrovirales’, que consiguen hacer descender el número de muertes por VIH de una manera brutal”.  Además, las políticas de salud abiertas e innovadoras que se han sucedido a lo largo de los Gobiernos de España han ayudado a este éxito, reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, el problema sigue siendo la prevalencia de lo acumulado.

La asociación cubre una necesidad existente en Sevilla desde la desaparición en el año 2002 del Comité Ciudadano Antisida. La historia del VIH en la capital hispalense es idéntica a la trayectoria a nivel nacional. De los primeros casos en hemofílicos, pasando por el apogeo de los casos de Sida en los toxicómanos adictos las drogas inyectables en la década de los 80. Estos consistían en el mayor sector de riesgo de la sociedad de la época.

Pero la Metadona y el uso de jeringuillas personales ayudaron a contener la propagación entre los drogodependientes, reduciendo los casos a un 30% aproximadamente de los totales. Sumando a eso los casos  de propagación madre-hijo que son prácticamente anecdóticos, nos encontramos que el factor de riesgo del VIH mayoritario son las relaciones sexuales (con un 70% aproximadamente) y más en concreto, en las relaciones entre hombres homo y bisexuales.

“A nivel sexual no se hace bien. Hay un relajo de las autoridades educacionales, sanitarias y gubernamentales. El tema sigue siendo tabú en nuestra sociedad. Existe mucho desconocimiento y sigue arraigado ese sentimiento de vergüenza que tenemos que eliminar”. ¿Sería posible apostar por estos aspectos y dar la puntilla al VIH de una vez por todas? Diego García nos contesta: “No se apuesta por ello.”

“No existen campañas efectivas por parte de la Administración. Todo nos lo dejan a las ONG. No apuestan por las políticas proactivas que supondrían un problema económico a corto plazo pero que conseguirían disminuir aun más los números de casos. Y los recortes en Sanidad y subvenciones no están ayudando, se están llegando a recortes del 50%. Por eso desde la campaña que hemos lanzado tenemos el objetivo de fomentar el diagnóstico precoz de la infección por VIH y ayudar a detectar las infecciones que permanecen ocultas y que contribuyen a perpetuar las nuevas transmisiones”. Resumiendo al coordinador de Adhara, universalizar la prueba.

Una prueba anónima y fiable en solamente 40 minutos

Paso a otra sala. Allí, otra trabajadora de Adhara, Alejandra Martínez, me recibe. Mientras prepara todo el material necesario para la prueba, me explica los pormenores de la misma: “Mensualmente, la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía nos envía 100 pruebas rápidas que están enmarcadas dentro de su Plan ‘Pasida 2010-2015’, que implica a las ONG a acercar este proceso a la sociedad”.

Abre un envase gris del que saca una especie de tubito. “No todos pueden hacer esta prueba, a día de hoy somos ATA, Triángulo, Médicos del Mundo, Antaris, Fundación Atenea y nosotros quienes la realizamos. La Junta ofrece un curso anual a las asociaciones que tocan el tema de las personas seropositivas de manera directa o indirecta para formar a sus trabajadores tanto en los procedimientos de esta prueba como en consejo asistido en educación para la salud”.

Adhara ofrece asesoramiento a personas seropositivas, así como concienzar a la sociedad en general para evitar tópicos y estigmas de dicho sector. / Alejandro Copete

El tubito tiene en su final una paleta que recoge la saliva de la encía superior e inferior. Tras recoger mi fluido oral, Alejandra la inserta en un frasco que contiene un reactivo. Me dice que ahora tenemos todo el tiempo del mundo, ya que hay que esperar 40 minutos. Ha sido totalmente indoloro. “Ahora llega el momento del asesoramiento personal. Le preguntamos sobre si ha tenido actos sexuales de riesgo, le aconsejamos sobre buenas conductas y le preparamos mentalmente por si existe la posibilidad de que la prueba de positiva.”.

Se rellena una ficha que se custodia en la ONG. A la Consejería de Salud solamente le llegan las tablas de pruebas y resultados. No existe peligro de filtración, ya que la prueba es, como me aseguran a lo largo del proceso, totalmente anónima y confidencial. Alejandra me recuerda algunos de los aspectos importantes a la hora de hacer el test: una hora antes no se puede ni comer chicles o caramelos; ni cepillarse los dientes. Observo el frasco. De la tira de la paleta ha salido una lámina de un color cercano al rosa y difuminada, va apareciendo una línea.

La aparición de esa línea supone que la prueba se ha realizado de manera correcta. Si hubiese aparecido otra línea justo debajo, el resultado hubiera sido positivo. “La fiabilidad es muy alta, superior al 99%. Si te hubiera salido positiva, el protocolo es asignar una persona de Adhara como acompañante y en el Virgen del Rocío o el Macarena se hace una analítica por Western Blot para confirmar la presencia del VIH en la sangre”.

La prueba rápida mide anticuerpos frente al VIH. Normalmente nuestro organismo los crea tras unas semanas (un periodo que puede llegar a los 3 meses) de haber estado expuestos a un virus. Si la infección por VIH es muy reciente puede que todavía  no se haya creado anticuerpos. Si no han pasado esos dichos meses, la prueba no es fiable. Finalmente, y tras escribir “negativo” en el apartado correspondiente de la ficha, todo el material utilizado es tirado a la basura. Se trata de una prueba biodegradable y desechable.

Y gratuita. Los servicios que ofrece Adhara que si tienen un coste de dinero son algunas sesiones psicológicas (un precio simbólico, según la ONG) y las pruebas para detectar la Hepatitis B, que tienen un precio de 25 euros. La prueba rápida del VIH se puede adquirir en farmacias en varias comunidades autónomas, pero no se recomienda usarlas debido a la inexperiencia y la falta de asesoramiento.

Según los datos de la ONG, en 2012 aproximadamente 3.000 personas fueron atendidas en su sede, situada en la calle Pagés del Corro de la capital hispalense; y realizaron 557 pruebas rápidas, de las cuáles 25 resultaron ser positivas (23 hombres y 2 mujeres). El objetivo de la campaña ‘Por una generación sin VIH es aumentar ese número lo máximo que se pueda. Entre los próximos pasos, conseguir difusión por medios de comunicación locales, llevar la prueba a los centros penitenciarios, promover un Plan Municipal contra el SIDA y charlas en institutos y universidades.

Cuando ya estamos a punto de acabar todo, le lanzo a Alejandra Martínez una pregunta casi utópica: ¿es posible conseguir lo que dice el lema de la campaña y hacer que el Sida pase a ser un mal apartado en la Historia de la Humanidad? “Es difícil, sobre todo también desde la desaparición del Plan Nacional contra el Sida. Pero si conseguimos cambiar la mentalidad a través de la Educación y la Sanidad gratuitas entre todos, ese día puede llegar”. Mientras llega, esta ONG como tantas otras seguirá trabajando por ello.

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