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La práctica de ejercicio físico es una actividad cada vez más presente en la vida diaria de buena parte de la población. La búsqueda de la belleza, impuesta por la sociedad actual, y la búsqueda de hábitos de vida más saludables a cualquier edad, son dos de los motivos por los que cada vez más personas hacen deporte regularmente.

Está hartamente contrastado, que la práctica deportiva protege la salud del corazón, previene el desarrollo de diabetes, mejora la circulación y la función pulmonar, ayuda a reducir el riesgo de depresión y ansiedad, además de mantener el peso adecuado.

Otra consecuencia muy positiva de practicar regularmente deporte, es que se consigue mejorar nuestra salud sexual. Esto ocurre tanto en chicos como en chicas.

En varones, la actividad física contribuye a mejorar la salud sexual gracias a su papel en la prevención de la disfunción eréctil, una patología que se asocia con frecuencia a la edad y/o a patologías metabólicas como la diabetes.

En el caso de la mujer, el ejercicio ayuda a mejorar el tono muscular pélvico, una región que se resiente con frecuencia tras la maternidad. También, ayuda a prevenir la incontinencia urinaria, y aumentar el apetito sexual. Se ha comprobado, que en la mujer deportista, se consigue aumentar el flujo sanguíneo en el clítoris, lo que optimiza la respuesta sexual femenina.

En la actualidad se han constatado dos cuestiones. Por una parte, que hacer ejercicio físico proporciona una mayor satisfacción en las relaciones sexuales. Por otro lado, también se ha visto que las personas más activas, y que practican ejercicio son más sanos, y por tanto tienen una vida sexual más plena y satisfactoria.

Otro beneficio de hacer ejercicio, es que se consigue amortiguar la ansiedad, la depresión, y el estrés. Si liberamos tensiones, más dispuestos estaremos a tener relaciones sexuales, y que estas sean satisfactorias.

Hay hasta cuatro neurotransmisores básicos que se relacionan con el estado de ánimo: epinefrina, dopamina, serotonina y las endorfinas. La serotonina y la dopamina aumentan en el organismo durante la práctica deportiva moderada, como sucede con la carrera, la bicicleta, la natación o caminar. Por tanto, podemos concluir que el deporte contribuye a mejorar el estado de ánimo y como consecuencia la predisposición a mantener relaciones sexuales, y que sean placenteras.

Ahora podemos preguntarnos, ¿qué deportes son más adecuados para mejorar nuestra sexualidad? Pues se ha comprobado que aunque cualquier deporte puede resultar beneficioso, lo más idóneos son los aeróbicos: como correr, natación, bicicleta, pilates, etc.

Un trabajo realizado por la Loyola University HealthSystem, en EE.UU, ha demostrado que la práctica de yoga favorece las relaciones sexuales cuando se practica en pareja al lograr fortalecer la confianza, la relajación y la diversión.

En definitiva, a partir de todo lo argumentado, nos queda recordar que la práctica de ejercicio físico nos ayuda a cuidar nuestro estado de salud, también la salud sexual. Por tanto, siempre dentro de unos límites, es positivo realizar una práctica deportiva regular. Va a equilibrar nuestra mente, nuestro cuerpo…y nuestra sexualidad.

Joaquín Ferrera
Psicólogo-Sexólogo
www.joaquinferrerapsicologo.com