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Es una pregunta muy frecuente en nuestra actualidad, y muy difícil de contestar, debido a la presión que aún ejerce la sociedad sobre esta decisión.

Desde siempre, se ha perpetuado la idea de que una familia para ser completa, ha de tener descendencia. Incluso los matrimonios que tenían sólo un hijo o hija, tampoco eran bien considerados. Había que darle un hermano, o una hermana, para que no estuviera sólo/a.

Muchas mujeres, y algunos hombres, han venido soportando esta idea preconcebida de que es necesario y deseable tener descendencia. Por tanto, si no la tenemos somos seres de alguna manera incompletos.

Esto ha supuesto, y supone aún, que las parejas sin descendencia se vean forzadas a tener que dar un sinfín de explicaciones en su entorno, de los motivos por los que no tienen hijos/as. Es cierto, que existen casos donde se toma la excelente opción de no malgastar energía en dar explicaciones a diestro y siniestro.

En la sociedad occidental, actualmente la cosa se torna más complicada aún. Algunas situaciones como la inestabilidad laboral, las carreras profesionales, la dificultad para tener pareja estable, etc., hace prorrogar cada vez más la búsqueda del primer embarazo. Esto supone que cuando lo buscamos, tenemos cierta edad, por tanto es más difícil conseguirlo simplemente porque la tasa de embarazos es menor conforme la edad avanza.

Existen pues muchos motivos por los que las personas tienen menos hijos, o incluso ninguno. Pero, por otro lado, también es cierto que cada vez son más parejas que optan por no tener hijos, como decisión libremente elegida. En inglés, hay ya un término reconocido para esta situación (‘childfree’).

Ante esto nos preguntamos ¿es mejor tener hijos o no tenerlos?. Como es de suponer, es una decisión muy personal que cada cual debe valorar. Existen estudios para todos los gustos. Los hay que concluyen que tener descendencia aporta felicidad a la pareja. Por el contrario, existen otros que mantienen que tenerlos aporta a la pareja un nivel de estrés y preocupación mantenidos en el tiempo, por lo que les termina afectando negativamente en sus vidas.

Existen varias razones argumentadas por las personas que deciden no tener hijos:

a) Economía: Evidentemente tener descendencia se traduce en gastos adicionales. Cada vez más parejas tienen una situación económica poco estable.

b) Ocio: Hay parejas, que no están dispuestas a sacrificar su ocio a favor de tener hijos e hijas.

c) Tranquilidad: Este argumento es común. Es lógico que al no tener cargar familiares esto suponga menos estrés, y por tanto, se goce de una mayor tranquilidad.

d) Estética y salud: En más de una ocasión, he escuchado a alguna mujer declinar su maternidad para no comprometer su salud y su estética (cesárea, pechos caídos, vientre con estrías, etc.)

e) Trabajo: Este punto es muy habitual en nuestra sociedad. Cada vez es más complicado tener un empleo estable. Asimismo, hay personas que sienten que su trayectoria profesional se verá truncada si deciden ser padres, o madres.

Estas y otras muchas razones son aducidas actualmente para no tener descendencia. Existen muchas personas, que en otro tiempo sí que se plantearon ser padres o madres, sin embargo no se decidieron por no tener una buena situación. Ahora que quizá tienen esa situación más estable, ya es demasiado tarde.

En definitiva, como tantas otras cosas en nuestra vida, nos toca decidir si es mejor tener hijos, o quizá mejor no. Todo depende de nuestra situación en cada momento, y de nuestro proyecto de vida.

Joaquín Ferrera
Psicólogo-Sexólogo
www.joaquinferrerapsicologo.com