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Una amplia carta de comidas típicas, escrita en español y en inglés, está a disposición de todos aquellos que visiten la conocida como caseta de los turistas en el 225 de Pascual Márquez.

La nueva caseta para los turistas está siendo un éxito. Sólo el primer día registró más de 7.000 visitas y así lo ha referido Jesús Rojas, gerente de FIBES Sevilla y miembro del comité de Turismo de Sevilla. Desde su apertura a las 12:00 y hasta las 3:00 horas, se produce la “simbiosis” entre turistas y sevillanos, que “empiezan a bailar, animan y enseñan”, ha apuntado.

Jaime Martín es un sevillano que conoce muy bien la feria, pues pintó durante mucho tiempo las portadas de cada año. Para él la idea de una caseta destinada para el turista debería haber sido una realidad “hace décadas”.

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Los turistas franceses son los más fieles a esta caseta, seguido de británicos e italianos, aunque tal y como ha señalado el gerente, estos últimos son los que “ocupan menos porcentaje de visitas a la ciudad”.

Una amplia carta de comidas típicas, escrita en español y en inglés, está a disposición de todos aquellos que visiten esta caseta en el 225 de Pascual Márquez. La jarra de rebujito por 7 euros y 300 gramos de pescaíto frito por 9 euros son precios acordes al resto de casetas del Real. Desde los hoteles y las agencias de viajes se gestionan las reservas para comidas y cenas “que están funcionando muy bien”, en palabras de Jesús Rojas, pero también se pueden hacer en la misma caseta. Es el caso de Dolores Redondo y el resto de sus amigas, quienes han visitado por primera vez la caseta para almorzar. “El sitio es bonito, lo que no sabemos es el menú qué tal será”, bromea la sevillana. El grupo, no obstante, asegura que estará allí “toda la tarde” y que se encargará de “animar y bailar con todos”.

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Trabajadores del Consorcio de Turismo prestan ayuda y asesoran al turista desde la apertura de la caseta y hasta las 20:00 horas. Úrsula y Ana son las encargadas de ayudar hoy. Hablan inglés, francés e italiano. Para Ana es su segundo día y asegura que los visitantes se lo están pasando “muy bien, bailando, comiendo y bebiendo”. Las preguntas típicas que les hacen son sobre qué es lo típico que se bebe y come, “el pescaíto frito y las jarras de rebujito; eso es lo que más se pide”, nos detalla Ana. Para Úrsula, hoy es su primer día y va a estar allí para “traducir todas las dudas que tengan los turistas”.

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El cajero, disponible para todo tipo de tarjetas, se está usando “bastante”, aunque según apunta Jesús Rojas, “más quizás por los sevillanos”, añadiendo que, en algunos momentos de más afluencia, se forman colas.

Rebecca Egan aunque es de Colorado, Estados Unidos, no necesita ayuda en cuanto a la traducción y el conocimiento de la cultura. Desde septiembre estudia primero de Bachillerato en la ciudad y vive con una familia sevillana. Hoy ha sido su cuarto día en la Feria y el primero en esta caseta y mantiene que “seguramente repetiré experiencia con mis amigos de Colorado”. Su madre de acogida, Mari Carmen Rueda, se enteró gracias a una amiga de la existencia de la caseta dice que le parece “muy bien” la iniciativa. De manera anecdótica ambas comentan que Rebecca llevaba el pasaporte en el bolsillo de su traje de flamenca porque pensaban “que no la iban a dejar pasar”.