Montaje-feria-3-Pablo-L

Quedan dos días para el alumbrao de la Feria de Abril de 2017, acontecimiento que congrega a miles de sevillanos y turistas. El caos domina el Real los días previos. Todos se afanan para que cuando Curro pulse el botón que alumbre la Feria todo esté listo para disfrutar.

Este año Sevilla vivirá una Feria diferente. Nueva en su duración pero vieja en su tradición. Como quiera que sea los sevillanos aguardan con ilusión el primero de los dos fines de semana que este se han regalado en referendum. 

Caseteros como José ‘El peseta’ trabajan en el montaje de una de las casetas de la calle Pascual Márquez. Cada año repiten el mismo ritual: pintan los barrotes, preparan el suelo, airean las cortinas y los toldos. Amenaza lluvia, pero no es óbice para que la noche del pescaito esté impoluta . Pescaíto que también servirá ‘El Peseta’ con su catering a los casi 200 socios que cenarán como una gran familia para dar comienzo a la Feria del Abril 2017, este año con un fin de semana más. “A la Feria siempre le han sobrado días”, sostiene ‘El Peseta’ que lamenta que respecto al catering “la cosa estará cortita”.

Jose El peseta Pablo Lopez-3

Manuel Sánchez, camarero en la caseta La Justina en la calle Juan Belmonte desde hace 11 años, asegura que “trabajará sin cansancio” y considera que “la lluvia que se espera para los primeros días no afectará, el año pasado fue muy buena y también llovió. Este año también será buena debido a los festivos”.

Ildefonso Robledo lleva años de casetero. Este año monta seis casetas y se muestra optimista para los primeros días de Feria, por ser fin de semana y festivo nacional. “El inicio va a ser bueno, el final veremos a ver”. Robledo cree que en el Real pueden ocurrir los mismos incidentes de la Madrugá, “hay aglomeraciones en algunos puntos y de una simple pelea se puede formar algo más”.

Leonor Domínguez vive en Los Remedios a pocos metros del Real y no teme que las estampidas la Madrugá vuelvan a ocurrir, “son hechos son hechos puntuales”, explica.

La caseta es un hogar, para muchos su primera residencia durante la Feria. Un hogar efímero con esquelético metálico cubierto de lonas a rayas y estampados. En la calle Pascual Márquez varios de los socios de una de las casetas en la decoración. Victoria Elena Ramos es una de ellas, lleva tres años  tapando paredes, colocando apliques, colgando lámparas y farolillos. Disfruta de la preferia más que de la propia Feria porque no hay tanta gente. “Este año con el adelanto del Alumbrao lo que estamos haciendo hoy lo haríamos el fin de semana” explica.

El sábado por la noche 212.000 bombillas darán vida al Real, y miles de farolillo pondrán el color, concretamente naranjas y blancos, adelanta Manuel Sánchez, uno de los trabajadores encargados del alumbrado. “Tenemos previsto poner los farolillos el viernes, en el caso de que llueva y se estropeen la empresa tiene previsto que se vuelvan a poner, al menos en las calles principales”.

Noria Pablo Lopez-4

Francisco Sánchez, empresario de la calle del Infierno, trabaja junto sus operarios para que la emblemática noria funcione desde el viernes.  Teme al tiempo, mira al cielo. “Tiene que cambiar, el año pasado no fue bueno debido a la climatología”, aun así tiene esperanza y cree que este año puede ser bueno, sobre todo con “la gente de los pueblos”. Mientras los feriantes disfruten de las atracciones su oídos no tendrán que soportar las estridentes y dispares sintonías que cada atracción emite, ya que la calle del Infierno volverá a contar este año con una banda sonora única llamada ‘Canal Feria’, según fuentes municipales.

Jose Miguel CastroPablo Lopez-6

José Miguel Castro, trabaja en la seguridad privada. Él, junto a sus compañeros,  controlan el tráfico dentro del Real los días previos, “dan paso a los camiones y no dejar entrar a nadie en sentido contrario”. Ya durante la Feria se sitúan en puntos estratégicos para la entrada y salida de camiones y coches de caballos.

Curiosos como Aida Rodríguez, asturiana que desde noviembre vive en Sevilla,  no pueden esperar al sábado y ya pasea por el albero del Real. Para ella es su primera Feria, ya se hace una idea previa paseando y mirando el mapa de las calles. “La nueva caseta para el turista es buena idea para los que vienen de fuera, que estén menos perdido”, asegura.

Ana Jiménez, una sevillana con amigo chileno al que le aburre la Feria “privada”, considera que “es buena idea la nueva caseta para los turistas, debería haber más casetas públicas”

Adela y Luis Pablo Lopez-9 

Buñuelos con chocolate. ¿Qué sería de una Feria sin buñuelos con chocolate? Luis y Adela regentan, junto a otros hermanos, una chocolatería en la calle Manolo Vázquez que cada día desde las 16:00 horas hasta las 8:00 horas del día siguiente sirven el revitalizante por antonomasia del Feria.  Un negocio familiar con  más de 35 años a sus espaldas. “Servíamos buñuelos en la Feria ubicada en el Prado de San Sebastián”, afirma el maestro buñuelero. “40 sacos de harina de 30 kilos”, advierte Luis, “aquí nadie se queda sin buñuelos”

El Real espera a Curro, que pulse ya el botón, que encienda la Feria y a bailar, que las sevillanas llenen de volantes y lunares las casetas, que se escuche el relinchar de los caballos, el traqueteo de los carruajes por los adoquines del Real, que no falten los reencuentros, el ‘pescao’frito y el rebujito.