La Fiscalía de Sevilla ha rebajado de once a nuevo años la petición de cárcel para E.J.D.H., acusado de asesinar en septiembre de 2016 a su padre en una vivienda del Polígono de San Pablo de Sevilla asestándole 117 puñaladas, hechos que reconoció durante su interrogatorio y por los que se mostró «muy arrepentido».

El juicio con jurado, que se celebra en la Audiencia Provincial de Sevilla, ha continuado este martes con la prueba pericial, en la que han comparecido el psiquiatra forense del Instituto de Medicina Legal de Sevilla, los forenses que llevaron a cabo la autopsia de la víctima, los peritos que analizaron el ADN en el arma homicida, los peritos de Toxicología y el médico forense que examinó al acusado.

El abogado del acusado, Nicomedes Rodríguez, ha explicado que durante la sesión de este martes el psiquiatra forense ha acreditado que E.J.D.H. padece un trastorno mental que afecta a su voluntad. «Era consciente de lo que hacía», si bien el trastorno afectaba a su capacidad volitiva.

Cabe recordar que durante su interrogatorio este lunes, el acusado reconoció los hechos, así como que padece un trastorno de personalidad y que consumió de forma prolongada los días previos (durante tres días) sustancias tóxicas, en concreto, cocaína. Asimismo, señaló que la discusión con su padre, que también era consumidor de drogas, fue porque creía que éste había mezclado la cocaína con morfina para cuando su hijo la consumiera, algo que provocó la ira del encausado.

Según el escrito de la Fiscalía, el acusado convivía con su padre en una vivienda de la capital hispalense y «las disputas y peleas» entre ambos «eran frecuentes y, en la mayoría de los casos, venían motivadas por la adicción» del procesado a sustancias estupefacientes cuyo consumo le había provocado un «trastorno psicótico con predominio de ideas delirantes».

Además, el acusado tenía diagnosticado un trastorno paranoide de la personalidad, de forma que su comportamiento era usualmente «hostil y agresivo», lo que «motivó diversas intervenciones policiales y denuncias después archivadas» por decisión de la víctima.

En cuanto al crimen, la Fiscalía detalla que los hechos acontecieron la madrugada del 13 de septiembre de 2016, cuando el acusado y su padre «se enzarzaron en una fuerte discusión» porque el encausado «pensó que su padre le había cambiado la droga que compró para su consumo por morfina mezclada con pastillas».

Durante la discusión, y según el relato del Ministerio Público, el acusado «fue adoptando un comportamiento cada vez más violento y agresivo» hasta que, en un momento dado y «teniendo disminuida su voluntad a consecuencia del trastorno paranoide que padece», cogió de la cocina un cuchillo y, «aprovechando que su padre estaba sentado en el sofá frente al televisor, se fue para él y, con la clara intención de acabar con su vida, comenzó a asestarle puñaladas» a la altura de la cabeza.

Aunque la víctima interpuso los brazos y trató de repeler la agresión, el acusado «no cejó en su empeño» y, «a fin de conseguir su propósito y aumentar el sufrimiento de su padre, no sólo le realizó cortes en la cara y en el cuello, sino que continuó asestándole numerosas puñaladas» en hombros, abdomen y pecho «hasta el punto de que llegó a doblar la hoja del cuchillo», por lo que cogió otro cuchillo y se lo clavó en el cuello, la cadera y el pecho a la víctima, que finalmente cayó al suelo, «donde su hijo le clavó un destornillador en el pecho».

La Fiscalía asevera que el acusado, que actualmente se encuentra en prisión provisional, propinó a la víctima 117 puñaladas, algunas de ellas en zonas vitales como el pecho y el cuello, provocándole la muerte por shock hipovolémico por hemorragia aguda. Tras todo ello, el acusado tomó una cantidad no determinada de pastillas, cogió algunas pertenencias y salió a la calle, «donde comenzó a dar voces alertando con ello a los vecinos», que avisaron a la Policía.

Durante la sesión de este martes, los peritos de Toxicología han señalado que detectaron restos de cocaína mezclada con metadona en las pruebas de sangre y orina de la víctima.

Tras esto, la Fiscalía, que solicitaba para el encausado un total de once años de cárcel, en este caso en un centro de internamiento psiquiátrico, como presunto autor de un delito de asesinato con la circunstancia eximente incompleta de anomalía o alteración psíquica, no ha elevado a definitiva sus conclusiones y ha rebajado de once a nueve años la pena por un delito de asesinato con eximente incompleta por trastorno.

Por su parte, la defensa, que solicitaba para su cliente la libre absolución y de forma subsidiaria la eximente incompleta por trastorno de personalidad, adhiriéndose a la petición de la Fiscalía en este sentido, ha descartado este martes solicitar la libre absolución, ya que, a su criterio, no cabe tras existir un reconocimiento de los hechos. Por ello, se ha adherido a las conclusiones del Ministerio Público.

Este martes estaba citado a declarar un hermano del acusado e hijo de la víctima. Cabe recordar que tanto la madre como el hermano del procesado han renunciado expresamente a cualquier indemnización que les pudiera corresponder y al ejercicio de las acciones penales.

Para este miércoles, las partes presentarán sus informes finales. Posteriormente, la magistrada-presidente, María Auxiliadora Echevarri, redactará el objeto del veredicto, que previsiblemente se entregará a los miembros del jurado el jueves.