Autobús de Turistas
Autobús de turistas / Pablo López

La idea de implantar una tasa turística en la capital hispalense ha vuelto a ponerse este jueves sobre la mesa en unas jornadas organizadas por el sindicato CCOO en el Centro de Atención a Visitantes de Marqués de Contadero a la que han asistido el Gobierno de la ciudad, los grupos políticos de la oposición, así como representantes del sector turístico de la ciudad, hoteleros y hosteleros.

Mientras la idea de la tasa turística sigue siendo rechazada por los hoteleros -que señalan que si se les impone tendrían que acatarlo, aunque sin gustarles-, el Ayuntamiento hispalense ha vuelto a defender de manera férrea esta idea con la que se llegarían a recaudar más de ocho millones de euros anuales, que se revertirían en promoción turística de la ciudad y en la conservación de su patrimonio. El alcalde, Juan Espadas, eso sí, ha hablado este jueves por primera vez de la idea de un «impuesto turístico» en vez de tasa municipal. La clave de esta tasa estaría en «compensar» el impacto del turismo creciente en la ciudad en los servicios públicos, a través de una figura impositiva cuya recaudación sea destinada a un «fondo finalista».

En ese sentido, Espadas ha mencionado los casos de diversas ciudades europeas que han implantado figuras de este tipo, mencionando especialmente el «exitoso euro» turístico de Lisboa (Portugal), porque medidas así «en ningún caso» se han traducido en una reducción del número de viajeros llegados a estos destinos.

En ese sentido, ha defendido que con una cuantía «testimonial» de un euro por turista y noche, Sevilla recaudaría «entre siete y ocho millones de euros» al año para «reinvertir» en patrimonio histórico, equipamientos turísticos y aspectos similares.

Por eso, ha manifestado que el Gobierno local socialista es abiertamente «partidario» de imponer una figura impositiva directa a los turistas, abogando no por una tasa municipal, sino mejor por un «impuesto» como tal. Según Espadas, una normativa autonómica no sería conveniente porque cada ciudad andaluza afronta un escenario diferente respecto a este tipo de medidas fiscales, por lo que ha apostado por reformar la Ley estatal de Haciendas locales, para que los ayuntamientos gocen de la posibilidad de «crear un impuesto» de esta naturaleza sobre los turistas, si así lo deciden en el marco de su autonomía local.

Se trata, según ha recordado, de un debate ya planteado con anterioridad y que él mismo se encargará de trasladar a la nueva ministra de Hacienda, la exconsejera andaluza del ramo María Jesús Montero.

De  su lado, todos los grupos políticos de la oposición han mostrado su apoyo a esta tasa turística, excepto el PP.  Su razonamiento: puede ser «una carga» para agentes del sector turístico, como es el caso de los hoteleros. Además, han recordado que el Ayuntamiento tiene «dinero sin ejecutar del presupuesto» destinado a promoción turística y ya fue incrementado el precio de la entrada del Real Alcázar para sufragar gastos en patrimonio histórico, sin que tal extremo haya sido cumplido.

Cs ve «con receptividad» la medida pero la subordina a condiciones y Participa e IU la apoyan.

Los hoteleros piden, en todo caso, una tasa autonómica

Los hoteleros siguen rechazando la idea de implantar esta tasa turística en la ciudad, ya que señalan que dañaría a su «competitividad» y sería una «penalización» para los establecimientos que se verían obligados a subir los precios. Inciden en que, aunque la tasa se cobra a los turistas, son precisamente los hoteles el instrumento fiscalizador de este impuesto y que el turismo va mucho más allá de los hoteles y, sin embargo, sólo se recaudaría en ellos. El presidente de la Asociación de Hoteles de Sevilla, Manuel Cornax, ha vuelto a mostrar este jueves su absoluto rechazo a la tasa «mal llamada» turística, porque sólo se habla de aplicarla a las personas que se alojan en los hoteles. Sería, por tanto, una tasa a la pernoctación. Su pregunta ha sido tajante. ¿Por qué sólo deberían recaudarla los hoteles? Para hacer referencia después a los pisos turísticos, taxis que también recogen a turistas, bares, aeropuerto…

Otro de los problemas que ven es el área de aplicación de esta tasa que se está estudiando, en el caso de Sevilla, tan sólo para la capital. Por eso reclaman, en tal caso, una tasa turística autonómica. «Si sólo se instala en Sevilla y no en el Aljarafe habrá una desventaja. También nos encontraríamos con una competencia más dura en nuestro entorno. Por ejemplo, un turista que hace un circuito por Andalucía podría optar por dormir en Córdoba o Málaga en lugar de en Sevilla al tener unos precios más elevados».

Los sindicatos, a favor

De su lado, el secretario general de CCOO de Sevilla, Alfonso Vidán, defendía que para la ciudad hispalense resulta «imprescindible» crear alguna figura impositiva que repercuta directamente en los turistas. Y es que el «crecimiento exponencial» del turismo, que en los últimos nueve años ha experimentado un crecimiento del «53 por ciento» en las pernoctaciones con un alza del 32 por ciento en la rentabilidad hotelera, apenas se ha traducido en un 12 por ciento de empleo más en el sector y en unas «condiciones» de cuya calidad ha dudado.

Todo ello, además, con los consecuentes efectos «negativos» del «turismo de alta intensidad», pues no pocas zonas históricas de Sevilla estarían experimentando el desplazamiento de su población natural al ser destinadas muchas viviendas a fines turísticos, extremo a su vez asociado a un repunte en los precios de los alquileres.

Por eso Vidán ha manifestado que es necesaria «una reflexión» que derive en la implantación de una figura impositiva directa en los propios turistas, al objeto de las arcas públicas y no sólo las privadas se beneficien del «fenómeno de masas» del turismo y la ciudad obtenga recursos para «compensar» el impacto del turismo en los servicios públicos o mejorar su patrimonio histórico, entre otros aspectos.