El proyecto se ha desarrollado durante un año en seis centros de salud del Área de Gestión Sanitaria Sur de Sevilla y logra reducir el 56% de los reingresos y el 36% de la estancia hospitalaria.

 La Unidad de Gestión Clínica de Cardiología del Hospital Universitario de Valme de Sevilla ha desarrollado durante un año un importante proyecto de salud sobre la Insuficiencia Cardíaca, enfermedad que constituye la fase terminal de la mayor parte de las patologías coronarias y que supone la primera causa de ingreso hospitalario en mayores de 65 años junto a una elevada tasa de reingresos.

El proyecto consiste en un plan de integración entre la Cardiología y la Atención Primaria dirigido a optimizar el manejo de la insuficiencia cardíaca, el cual ha estado precedido por un trabajo previo desarrollado durante los tres años anteriores. El reto de mejorar resultados en salud con la implicación de los dos niveles asistenciales queda demostrado a través de los resultados obtenidos en el pilotaje de esta innovadora dinámica de trabajo compartido en el área de Cardiología. Los profesionales han conseguido incrementar la calidad de vida de los pacientes con reducciones de hasta el 56% de la rehospitalización y el 36% de los días de estancia hospitalaria.

El equipo de Insuficiencia Cardíaca del Hospital Universitario de Valme está formado por tres cardiólogos y una enfermera: David Villagómez, Irene Estrada, Manuel González y Margarita Reina, respectivamente. El plan de integración para el manejo de la insuficiencia cardíaca se basa en modular la situación clínica del paciente a través del establecimiento de un sistema de estratificación de riesgo (alto, medio y bajo) en base a las características clínicas de los pacientes con diagnóstico de esta enfermedad. En función del mismo, establecen un plan de seguimiento específico que llevan a cabo de forma conjunta por Cardiología de este hospital sevillano junto a médicos de atención primaria y enfermería. A fin de individualizar la intervención en el tiempo, estos profesionales han valorado la situación evolutiva de la enfermedad en los pacientes.

Simultáneamente, han constituido una consulta monográfica semanal para pacientes con alto riesgo de descompensación. Los de riesgo intermedio han sido revisados por Cardiología  y Atención Primaria; mientras que los de bajo riesgo han sido seguidos sólo por Atención Primaria. Complementariamente, el cardiólogo y la enfermera especialistas en insuficiencia cardiaca se desplazan semanalmente a los centros de de salud del Área Sur de Sevilla  para impartir sesiones formativas y valorar casos con dudas diagnósticas previas a la inclusión en el programa o dudas en el manejo durante el curso del mismo. A este respecto han recibido formación más de 200 profesionales de atención primaria de las siguientes localidades: Arahal, Paradas, Los Palacios, Lebrija, Las Cabezas, Morón, Montellano, Dos Hermanas y Alcalá de Guadaira.

Por su parte, los centros de salud donde se ha llevado a cabo el pilotaje han sido seleccionados por el hecho de ser los que protagonizan la tasa de pacientes con mayor número de reingresos hospitalarios en el Área de Gestión Sanitaria Sur de Sevilla. Se trata de los siguientes centros: `San Francisco’ y `El Rancho’ de Morón de la Frontera, `Nuestra Señora de las Nieves’ y `San Isidro’ de Los Palacios, `Los Montecillos’ de Dos Hermanas y Montellano.

Tras un año de seguimiento y pilotaje, los profesionales implicados destacan como balance los importantes resultados alcanzados subrayando tres áreas de mejora. Por un lado, se ha logrado reducir el número de ingresos hospitalarios en pacientes de alto riesgo (96 pacientes supusieron 91 ingresos el año previo frente a los 11 ingresos producidos tras un año de seguimiento de estos mismos pacientes a través de este manejo innovador de la insuficiencia cardiaca). En segundo lugar, se ha conseguido fortalecer la relación entre Cardiología y Atención Primaria y, por último, se ha potenciado el empoderamiento de los pacientes mediante actividades educativas y de promoción de la salud.

Al respecto, el director de la Unidad de Gestión Clínica de Cardiología, Luís Pastor, subraya cómo desde un concepto de trabajo compartido entre Atención Primaria y Atención Hospitalaria “se cierra un circuito asistencial que aborda al paciente de forma integral desde las primeras etapas  de su enfermedad hasta las más avanzadas, requiriéndose en ésta última la intervención de la alta tecnología, la cual también se encuentra incluida dentro de este proyecto, resolviéndose en el propio Hospital de Valme.

Por su parte, esta novedosa iniciativa de eficiencia en la práctica clínica en torno a la Insuficiencia Cardiaca ha sido presentada en el Congreso de la Sociedad Española de Cardiología, celebrado recientemente en Madrid. Su valor ha sido destacado por los organizadores de este evento científico, habiendo sido seleccionado entre las mejores propuestas presentadas al mismo.

Uno de los aspectos más relevantes de este proyecto es la intervención educativa de los pacientes, además del manejo clínico conjunto desarrollado por Cardiología y Atención Primaria y seguimiento centrado en la enfermería. La insuficiencia cardiaca es una enfermedad muy prevalente (medio millón de personas la padecen en España),  donde la creación del paciente experto aporta grandes beneficios. Éstos serán los encargados de formar a otras personas recién diagnosticadas, en colaboración con los profesionales sanitarios del centro, que suponen un apoyo para el buen funcionamiento de estos espacios de intercambio de experiencias entre iguales.

Al respecto, en 2014 el Hospital Universitario de Valme fue el primer centro sanitario de la provincia de Sevilla que puso en marcha una iniciativa dirigida a formar al paciente en insuficiencia cardiaca para que, a su vez, éste adquiera el rol de formador de otros pacientes con la misma patología. La iniciativa se enmarca dentro de la creación del Grupo Multidisciplinar de Insuficiencia Cardiaca del Área de Gestión Sanitaria Sur de Sevilla.

La filosofía del paciente experto supone notables ventajas, sobre todo en patologías de gran prevalencia entre la población donde el conocimiento favorece una mayor implicación en el autocuidado y, como consecuencia, un mayor control de la enfermedad. El resultado es una optimización en la calidad de vida.